El último intento de asesinar a Donald Trump ha ocurrido justo cuando las encuestas le situaban cinco puntos por detrás de Kamala Harris. El expresidente de Estados Unidos sabe que es el centro de todos los focos y no dudará en aprovecharlos.

Así lo comentaba Eduardo Saldaña, codirector de 'El Orden Mundial', en Al Rojo Vivo, donde avanzaba que Trump jugará un papel de "víctima", el cual considera "normal y legítimo", intentando hacerse ver como una persona "señalada contra la que intentan cometer atentados".

Este escenario lo vimos por primera vez el pasado 13 de julio, cuando en Pensilvania, en pleno mitin, sobrevivió a los disparos desde un tejado. Ese fue uno de los puntos más calientes de una agitada campaña electoral que el republicano lideraba tras vapulear a Biden en un desastroso debate que precipitó su renuncia a la carrera presidencial.

Cuando Trump se frotaba las manos, Kamala Harris hacía su fulgurante irrupción. En su primer cara a cara ganaba a un Trump desconcertado, defendiendo incluso que los migrantes comen mascotas. Esa misma noche se llevó otro mazazo cuando la todopoderosa Taylor Swift elegía a Harris, desatando el odio de Trump en redes.

La convulsión es tal que Elon Musk, uno de los aliados más notorios de Trump, se ha preguntado en sus redes sociales por qué "nadie intenta asesinar a Biden o a Kamala", una barbaridad que el dueño de X ha borrado tras asegurar que se trataba de una broma.

Mientras tanto, Trump ha intentado insultar a su rival en español para 'seducir' a los votantes latinos, una comunidad que puede ser determinante para la victoria en noviembre.