La intensa sequía que están experimentando en Estados Unidos ha tenido consecuencias inesperadas. La falta de lluvias ha provocado la caída de los niveles de agua del lago Mead, cerca de Las Vegas (Nevada), y con ello han comenzado a aparecer restos humanos vinculados a asesinatos de la mafia en los años 70 y 90 del siglo pasado.
Hace unos días apareció un barril sellado con un cadáver en su interior, perfectamente visible debido a la corrosión del metal tras décadas bajo el agua. De acuerdo con un análisis de los objetos personales encontrados en el interior del contenedor, el asesinato -así lo están investigando las autoridades de Nevada- se produjo entre los años 70 y 80, con la mafia en pleno auge. Al parecer el cadáver habría sido tiroteado.
Pero ese no ha sido el único. Apenas unos días después, dos hermanas de una población cercana que estaban navegando las aguas bajas del lago encontraron huesos en una zona arenosa que anteriormente estaba cubierta por la arena. Unas horas antes se había encontrado otro barril, en esta ocasión vacío y a casi 15 kilómetros de donde se hallaron los restos humanos.
Las autoridades de Nevada están requiriendo ayuda a la Universidad del estado en Las Vegas: "Vamos a necesitar científicos para que nos ayuden a investigar y nos digan cuánto tiempo ha estado esa persona en el barril", dicen desde la Policía metropolitana de Las Vegas.
"Si fueran capaces de identificar el calibre de la bala eso diría mucho si se trata, o no, de un crimen de la mafia", asegura en declaraciones a AP el exalcalde de Las Vegas y ahora abogado de la mafia, Oscar Goodman. "Habitualmente en esa época, si querían matar a alguien, se llevaban el cadáver o a la persona fuera de Nevada, no querían atraer la atención a Las Vegas", explica.
Desde 1983, el nivel del lago Mead -aparecido en los años 30 a raíz de la construcción de una presa cercana- ha caído más de 52 metros. Esta reserva sirve de agua a más de 40 millones de personas en ciudades, granjas y tribus en varios estados del país.
Ahora, hay expertos en investigación criminal que ofrecen hasta 5.000 dólares para que buceadores profesionales busquen más barriles en el fondo del lago.