Fuego cruzado y con artillería pesada entre la Unión Europea y Polonia, que se mantiene firme en su postura. "No tenemos problemas con el Estado de derecho, pero algunos países no comprenden nuestras reformas (judiciales)", ha declarado el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki. Así, su gobierno no da un paso atrás desde el pasado 7 de octubre, cuando su tribunal constitucional declaraba que algunas leyes de la UE vulneraban su estado de derecho.
Una decisión que mantiene congelados sus fondos. "El 60% de las inversiones polacas dependen de fondos europeos. ¿Cómo va a transformar Polonia su economía? Se paraliza", ha apuntado Héctor Sánchez Margalef, investigador del Barcelona Centre for International Affairs. Esta semana, la pelea ha sido encarnizada. Con apenas margen de movimiento, cada uno juega sus cartas.
Polonia, con la opinión publica en contra, intenta tirar de nacionalismo para ganar adeptos y habla de chantaje. En frente se posiciona una Unión Europea casi contra las cuerdas. "El Parlamento Europeo le ha dicho a la Comisión Europea que le va a denunciar por inacción, y esto se ha tramitado", ha apuntado Sánchez Margalef. Dentro y fuera de la Unión Europea se exige ya una respuesta firme.
"La UE tiene que tomar todas las medidas a su alcance y con urgencia, jurídicas, políticas y económicas", ha señalado Maribel Tellado, miembro de Amnistía Internacional. Asimismo, recuerdan la vulneración de otros derechos, como el del aborto que el tribunal constitucional de Polonia borró de un plumazo. "El aborto lo declaró inconstitucional en casos de malformación fetal grave o enfermedad del feto incompatible con la vida", ha denunciado Tellado.
Ha pasado un año y los efectos han sido devastadores. "FEDERA (Federación de Mujeres y Planificación Familiar), que es una organización polaca, informó que en 11 meses, tras la sentencia, se triplicó el número de consultas que recibía", ha lamentado Maribel Tellado. Se da así un coste para la mujer que ahora podría extenderse a todo el Estado de derecho.