Hace 72 años que el Pueblo Palestino tuvo que huir de sus tierras, sus hogares y sus recuerdos convirtiéndose en refugiados. Una condición que continua, y un pueblo que todavía espera con anhelo ese regreso.
Por eso hoy se celebra el Día Internacional de solidaridad con el Pueblo Palestino, una fecha en la que Naciones Unidas recuerda que ya no hay "dinero en efectivo" para ayudar a 5,7 millones de refugiados. Más de medio millón niños podrían quedarse sin escuelas y sin atención sanitaria y, todo esto, en mitad de la terrible pandemia.
UNRWA, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo, centra la atención a Gaza: una franja bloqueada desde hace 13 años por tierra, mar y aire, que se ha convertido en la cárcel a cielo abierto más grande del mundo.
Un lugar que la ONU ha declarado inhabitable y en el que sin embargo viven dos millones de personas sin acceso a alimentos ni a medicinas. Los niños solo han conocido escombros y hay muchos que como Ahmad, quieren construir una nueva realidad. "Mi escuela está a varios kilómetros, es la más cercana a mi casa. Quiero estudiar para ser arquitecto y reconstruir mi país", cuenta el joven, estudiante y refugiado palestino.
El hogar de Saed fue devastado en la ofensiva israelí de 2014. Nunca pudo recuperarlo y ahora vive de alquiler. "Mi madre está enferma de cáncer y tiene 58 años. Estoy desempleado y temo que cualquier día nos echen de casa", explica.
A Doaa, enferma de cáncer no le permitieron viajar a Israel para recibir un tratamiento, pero peleó y consiguió viajar a Egipto. Después, le prohibieron salir de Gaza para continuar con el tratamiento. Por suerte, dice, ha podido conseguirlo allí.
Estos son algunos de los logros por los que lucha UNRWA. Su ayuda humanitaria da amparo al 80% de los refugiados, pero ahora apena cuenta con fondos en efectivo para continuar su labor.
Hoy recordamos algunas de las miles de historias aún por contar del Pueblo Palestino que más de 70 años después sigue esperando una solución.