Es la imagen de la desolación. Un sonido que rompe el corazón. Que llega hasta lo más hondo del ser humano. Que no tiene explicación. Podemos añadir más adjetivos, pero siempre nos quedaremos cortos.
Se trata de un niño que camina desolado por Medyka, el paso fronterizo entre Polonia y Ucrania, lugar donde cruzan la frontera miles de ucranianos que huyen del ataque Ruso y que llegan a ese país sin saber muy bien qué será de su futuro.
El vídeo muestra el llanto desconsolado del pequeño que huye de su país mientras lleva una bolsa con ropa en una mano y una chocolatina en la otra.
El periodista que grabó las imágenes asegura que, a pesar de lo que puede parecer, el pequeño no viajaba solo, sino que su madre se encuentra en un grupo que camina delante de él, como muestra la segunda toma del vídeo.
Según Unicef, medio millón de niños han salido ya de Ucrania como refugiados tras una semana de guerra, y al menos 17 menores han muerto como consecuencia de los combates y 30 han resultado heridos.
En un comunicado, la agencia de la ONU para la infancia apuntó que se espera que esas cifras sigan creciendo en los próximos días y que las necesidades humanitarias se multipliquen.
En total, el número de refugiados fruto de la invasión rusa de Ucrania supera ya el millón, según el alto comisionado de la ONU para los refugiados (Acnur), Filippo Grandi.