El primer ministro británico, Keir Starmer, condenó este domingo los disturbios violentos de la extrema derecha que estallaron este fin de semana en varias ciudades británicas y prometió llevar "rápido" ante la Justicia a sus responsables. "Si se ataca a las personas por el color de su piel o su fe, entonces eso es extrema derecha y estoy dispuesto a decirlo".
"Esto es violencia, no es protesta. No importa cuál sea el motivo", dijo Starmer en una declaración, tras los focos de violencia instigados por grupos anti-inmigración y contra el Islam registrados en el Reino Unido. La población del Reino Unido quiere ver "sus calles seguras y eso es lo que estoy decidido a ofrecer. Lo lamentarán", agregó el líder laborista e insistió en los alborotadores afrontarán todo el peso de la ley y que la respuesta judicial será "rápida".
"Haremos todo lo que sea necesario para garantizar que el mensaje sea absolutamente claro: si participas en esta violencia, te arrepentirás y serás llevado ante la Justicia lo antes posible", dijo. "La gente de este país tiene derecho a estar segura y sin embargo hemos visto a comunidades musulmanas atacadas, ataques a mezquitas", dijo el primer ministro. "Otras comunidades minoritarias atacadas, saludos nazis en la calle, ataques a la policía, violencia desenfrenada junto con retórica racista, así que no, no me avergonzaré de llamarlo por su nombre: violencia de extrema derecha", puntualizó.
La violencia instigada por grupos de ultraderecha que estalló este fin de semana en ciudades británicas como Liverpool, Bristol, Hull y Manchester se ha saldado con el arresto de más de 90 personas mientras que varios agentes resultaron heridos tras ser atacados con piedras, latas de cerveza, botellas y sillas. Algunas protestas continuaron hoy en algunas localidades, entre ellas Rotherham, en el norte de Inglaterra, donde un grupo de manifestantes arrojó piedras y sillas contra un hotel que alberga a solicitantes de asilo.
Las protestas antiinmigración y contrarias al Islam organizadas en múltiples pueblos y ciudades del Reino Unido, apoyadas por grupos como la Liga de Defensa Inglesa, acabaron en disturbios cuando muchos de los asistentes agredieron a los agentes con todo tipo de objetos mientras que algunas tiendas fueron saqueadas y se incendiaron cubos de basura. Aunque estos grupos llevan semanas organizando protestas, la tensión aumentó a raíz del ataque con arma blanca del 29 de julio en un centro recreativo en Southport (noroeste inglés), en el que tres niñas murieron y ocho menores y dos adultos resultaron heridos.
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El autor del ataque, Axel Rudakubana, de 17 años, nacido en Gales de padres ruandeses, ha sido acusado del asesinato de las niñas y de intento de asesinato de las otras diez personas, pero el malestar de los grupos ultraderecha aumentó al divulgarse por las redes sociales información incorrecta de que el agresor era solicitante de asilo que había cruzado en patera el Canal de la Mancha.