La invasión rusa de Ucrania ha complicado un poco más la, ya difícil, vida de Kostya y su familia. Este pequeño con cáncer tiene que bajar diariamente con toda su familia a un búnker situado en el sótano de su edificio para ponerse a salvo.
"Durante mucho tiempo hemos dormido vestidos para ahorrar tiempo y meternos en el búnker", explica Anhon Oharkov el padre de Kostya. En este refugio que pueden ver en el vídeo superior de la noticia, Kostya duerme en unas mantas apiladas que le ha preparado su madre.
Una situación terrible, pero después de superar un cáncer esto es pan comido asegura su padre: "Con la de cosas terribles que aguantó el año pasado, la situación actual le está afectando ligeramente".
El año pasado le operaron en la clínica universitaria de navarra de un osteosarcoma de 16 centímetros en el muslo. Una enfermedad de la que sigue estando en observación.
"El cáncer se encuentra en remisión y estamos en seguimiento de ese cáncer porque las cosas se pueden complicar", explica José Lamo de Espinosa, especialista en cirugía ortopédica Clínica Universidad de Navarra.
Por ello, quieren salir cuanto antes y cruzar la frontera en coche, porque Kostya no puede estar mucho tiempo de pie. Su idea es venir a España, pero de momento se quedarán en Polonia. "Porque son 2.500 km hasta Pamplona y sería muy duro para el hacer esta distancia", explica su padre.
La de hoy ha sido la primera noche sin sirenas desde que empezó la guerra, mañana esperan poder cruzar la frontera para que Kostya pueda estar a salvo y recuperarse lejos de la guerra.