Alegría envuelta en lágrimas por un esperado regreso a casa, pero no la total felicidad. "Estoy contenta de haber salido de prisión, pero mi felicidad no es completa por las mujeres y niños que siguen encarcelados", declara Tamimi.
Ella es el símbolo. Ha estado encerrada casi 8 meses por un bofetón a un soldado israelí. Pero en las prisiones de Israel siguen apresados cientos de Tamimi: 350 menores.
A un niño de cinco años se lo han llevado detenido por tirar piedras. Unos 12 soldados israelíes acorralan a otro niño, que les ruega. A un pequeño le llegan a apuntar con un arma. Todos son menores y a todos los detienen.
"Anualmente son procesados de 500 a 700 niños palestinos; son sometidos a interrogatorios extensos. No tienen acceso a los abogados, tampoco a las familias", explica Alma Martín, responsable de Oriente Medio de Amnistía Internacional. Denuncian que muchos de ellos ni siquiera han cometido un delito reconocible.
Y mensaje también de Israel para unos grafiteros italianos que han pintado un muro con el retrato de Tamimi para recibirla tras su liberación. No los ha encarcelado, pero sí los han expulsado del país.