Contactamos con españoles que llevan décadas en Venezuela y nos cuentan que la inestabilidad política y la división social les está haciendo mella. Jesús Paix es uno de ellos, y cuenta que quiere quedarse pero no quiere limitar las opciones de sus dos hijos: "La lógica te dice que te marches de aquí, porque no hay futuro y sobre todo para los jóvenes. Entiendo a los padres que se van para buscar un futuro mejor para sus hijos".
Según cuenta, se les pasa por la cabeza casi cada minuto salir del país, como ya hicieron el año pasado más de 20.000 españoles de los 200.000 que viven allí. Otro de los españoles residentes allí es Oriol Umbert, que corrobora que "te planteas si es viable seguir aquí y más si tienes hijos pequeños porque ves que cada vez se estrecha más el cerco".
Lo más duro para muchos sigue siendo la violencia en la calle, porque como explica Carlos Falcón, "hay miedo y ya la gente inclusive llega a casa a las 6 y no sale. La vida nocturna es muy poca".
Creen que la nueva oleada de protestas no va precisamente a remitir porque ven "mucha policía y guardia nacional en la calle desde que hubo muchísima gente que salió a la calle a protestar". Todos coinciden, sin embargo, en desear una salida pacífica que reconcilia al fin esa tierra que sienten como suya.