El viernes 8 de septiembre, después de la hora de cenar, Marruecos tembló. Pasadas las 23.00 horas se registró un seísmo de magnitud 6,8 en la escala Richter, el más potente de las últimas décadas en el país, aunque no el más mortífero -en el terremoto de Marruecos de 1960, registrado en Agadir, murieron entre 12.000 y 15.000 personas-. Con epicentro en Ighil, en la cordillera del Atlas, afectó principalmente a la provincia de Al Haouz, donde se encuentra Marrakech, la cuarta ciudad más grande del país, y se llegó a percibir en algunos puntos del sur de España.
Aunque no son frecuentes los terremotos de estas características en esta zona de Marruecos, tampoco son inesperados. Desde 1900, se han registrado en el país al menos nueve terremotos de magnitud superior a 5 en la escala Richter. En febrero de 2004, un seísmo de magnitud 6,2 azotó la ciudad de Alhucemas y sus alrededores, provocando la muerte de más de medio millar de personas.
En el de este viernes han fallecido 2946 fallecidos, mientras que la cifra de heridos asciende a 5674, según datos actualizados este martes por el Gobierno marroquí. Solo en la provincia de Al Haouz han perecido más de 1.600 personas, mientras que en Tarudant el dato asciende a más a casi mil, según un informe que da cuenta de muertes en una decena de regiones.