Tres civiles trataron de detener al presunto terrorista de Estrasburgo poco antes de que el pasado martes huyera del centro de la ciudad tras haber disparado a varias personas, lo que causo dos fallecidos y 13 heridos, uno de ellos en muerte cerebral.
Según ha relatado el ministro del Interior, Christophe Castaner, uno de esos ciudadanos resultó herido con arma blanca por el supuesto autor del atentado. Ocurrió poco después de que comenzara a "sembrar el terror" en las calles del centro de Estrasburgo, donde disparó a varias personas, ha indicado Castaner en una comparecencia en la Asamblea Nacional.
Entre las callejuelas por las que se desarrolla el mercado navideño más antiguo de Europa, el sospechoso disparó a varias personas, antes de encontrarse con esos tres paseantes que trataron de detenerle. "Eso es la ciudadanía, tratar de ser heroico en momentos excepcionales, son esos héroes cotidianos que contribuyen a la seguridad de todos", ha señalado Castaner.
Tras zafarse de ellos, Chérif C. se dirigió a un taxi a cuyo conductor obligó a que le llevara al barrio de Neudorf, donde abandonó el vehículo y mantuvo dos tiroteos con policías, según el ministro. Desde entonces está siendo buscado en medio de un fuerte dispositivo compuesto por 720 agentes, que tratan de dar con su paradero.
El ministro ha recordado que la gendarmería ya había tratado de arrestarle antes de lo ocurrido en relación con un caso de delincuencia, no de terrorismo, y que había emitido un mandato de arresto al encontrar "ciertos elementos inquietantes" en el registro de su domicilio.
Poco antes, el fiscal antiterrorista, Rémi Heitz, había revelado que se halló una granada defensiva, un fusil cargado, munición y cuatro cuchillos, dos de ellos de caza. Ante la polémica creciente por el hecho de que, pese a figurar en el fichero de radicales, sus intenciones no se hubiesen detectado, Castaner indicó que, hasta ahora, Chérif C. solo había emitido "señales de radicalización", pero que su historial policial estaba exclusivamente vinculado a la delincuencia común.
El ministro ha descrito una infancia difícil, un primer delito a los diez años, una primera condena a los 13 y "un comportamiento sistemáticamente marcado por la violencia". Agregó que desde hace meses las fuerzas de seguridad francesas se adaptan a este nuevo tipo de terrorismo "endógeno" al que también pertenecen los autores de otros atentados que han golpeado a Francia. Para ello, reconoció, hace falta que los servicios de espionaje, que se verán reforzados con 1.900 agentes, trabajen más cerca del terreno y solicitó la colaboración de las administraciones locales.