En cuestión de horas, Kamala Harris deshojará la margarita de candidatos a ser su vicepresidente. Se espera que la líder demócrata lo desvele este martes y quiere sorprender a todos, apareciendo en un escenario junto al elegido. Se barajan tres nombres, tres personas con las que se ha reunido este fin de semana. Con Harris, la dupla demócrata de hombre y mujer que lleva repitiendo en su era moderno se invierte.

El primer nombre que ha sonado es el senador por Arizona Mark Kelly, que sería el más conocido y valorado según las encuestas. Exaviador de la Marina y exastronauta, se metió en política en busca de un mayor control a las armas después de que su esposa, excongresista, fuese herida en un tiroteo en 2011. Ha ganado dos veces en Arizona, estado limítrofe con México, aunque preocupa que su paso al frente desequilibre la ajustada mayoría en el Senado.

Viajando hasta Pensilvania, lugar donde se producirá este esperado mítin conjunto demócrata, suena con fuerza su gobernador, Josh Shapiro, el más joven de esta terna y en ascenso dentro del Partido. Arrasó hace dos años en las 'autonómicas', sacándole más de 14 puntos a su rival republicano. En su contra jugarían sus posturas sobre Gaza siendo judío.

El que mejor casaría con la agenda progresista sería, el gobernador de Minnesota, Tim Walz. Más izquierdista que Harris y beligerante con los republicanos, podía atraer a los 'curritos' del Medio Oeste, pero es un gran desconocido para el resto de Estados Unidos. En defintiva, estamos a horas para la decisión más crítica de la bisoña —aunque acelerada— campaña de Kamala, ahora mismo con Trump virtualmente empatada.