La escena es de pesadilla: las fuerzas especiales de Estados Unidos se equivocan de vivienda en la búsqueda de un sospechoso por homicidio y acaban apuntando con sus fusiles a una madre con su bebé de tres meses en las manos.
Los agentes llaman a la puerta y ordenan que se les dé acceso a la casa. Van armados y muy protegidos, con chalecos antibalas y uniforme. Buscan a un sospechoso de asesinato, pero en el interior solo se encuentra la mujer aterrorizada y confundida, recién despierta tras una siesta con su bebé.
Los hombres apuntan directamente a la mujer en cuanto le abren, a pesar de que lleva en brazos a la pequeña. Se introducen en la vivienda y, tras rastrearla, se van. La mujer sigue aterrorizada y denuncia que entraron siete u ocho hombres sin autorización judicial.
Las autoridades explican que se había visto al sospechoso por la zona y que fue detenido, poco después, en un edificio cercano.
Todo ha sido grabado gracias a una cámara instalada en la puerta del domicilio y conectada directamente al móvil de la joven, que ha compartido en redes sociales toda la escena.