El Tribunal Constitucional de Tailandia ha anunciado este miércoles la destitución del primer ministro, Srettha Thavisin, tras hallarlo culpable de violar el código ético por el nombramiento irregular de un ministro, apenas una semana después de que la misma corte disolviera al mayor partido opositor.

El dirigente estaba acusado de violar un código ético ministerial por nombrar a finales de abril como ministro de Finanzas a Pichit Chuenban, quien fue condenado en 2008 a seis meses de prisión por un delito de intento de soborno a funcionarios judiciales.

La denuncia fue presentada ante la corte por un grupo de 40 senadores, elegidos a dedo por la extinta junta militar (2014-2019) y que terminaron en mayo su mandato, al considerar que el dirigente "sabía o debería haber sabido que Pichit carece de cualificación" para asumir el cargo debido a su condena.

Los jueces del tribunal aceptaron la denuncia el 23 mayo, dos días después de la dimisión del propio Pichit, un abogado cercano al influyente exmandatario Thaksin Shinawatra, que regresó el pasado agosto de un exilio de 15 años. Por su parte, Srettha, que lleva un año en el cargo, ha mantenido su inocencia al defender que su exministro ya había saldado las cuentas con la justicia y su nombramiento siguió los procedimientos legales.

El partido Phue Thai, por el que fue candidato el actual dirigente, fue la segunda formación más votada en los comicios del año pasado (en los que se impuso Avanzar) y consiguió gobernar gracias a una incomoda alianza con varias formaciones conservadoras, incluidas dos vinculadas a la extinta junta militar, sus antiguos enemigos.

Con Srettha condenado, se procede a su destitución y la caída de todo su gabinete, conformado por una diversa coalición de 11 partidos y que podría abrir una encarnizada lucha de poder. Ante este escenario, la Cámara de Representantes deberá elegir a un nuevo líder, para lo cual no cuenta con límite de tiempo y que podría sumir al país en la parálisis.