Estados Unidos es, desde este viernes, un país menos libre. El Tribunal Supremo norteamericano ha tumbado el derecho federal al aborto. El alto tribunal, con el voto a favor de los seis jueces conservadores y el rechazo de los tres magistrados liberales, ha decidido revocar la sentencia del histórico caso Roe contra Wade, con el que en 1973 se dio el paso legal definitivo para que las mujeres pudieran interrumpir su embarazo. Una norma a la que el Supremo ha puesto fin medio siglo después. Ahora, serán nuevamente los estados de EEUU quienes legislarán nuevamente sobre esta cuestión.
En esta línea, se prevé que el resultado arrojado por el Supremo estadounidense lleve a la prohibición del aborto en aproximadamente la mitad de los estados de EEUU. Esto es, los legisladores de más de una veintena de estados conservadores tendrían preparados ya proyectos de ley que prohibirían o restringirían el aborto, según explicaron al principios de mes fuentes judiciales al periódico 'The New York Times'. De hecho, 13 de ellos esperaban a este fallo para aplicar las llamadas "leyes de activación automática" para restringir o prohibir el derecho al aborto.
El fallo del órgano judicial se ha producido más de un mes después de la filtración de un polémico borradordel juez Samuel Alito en el que se indicaba que el tribunal se estaba preparado para dar este paso trascendental. Alito, en el fallo final esgrimido este viernes, ha señalado que la resolución del caso de 'Roe y Planned Parenthood con Casey', la decisión judicial efectuada en 1992 que reafirmaba el derecho al aborto, estaba equivocado y debía ser revocado.
Una decisión que ya ha generado una gran polémica en todo el país estadounidense, con una mayoría a favor del derecho al aborto, según recogieron las encuestas y sondeos realizados en las últimas semanas tras darse a conocer la filtración del borrador. Horas antes de conocerse esta resolución, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, ha advertido de que "el Gobierno no debe tener la capacidad de decidir lo que un individuo hace con su propio cuerpo". Y ya se mostraba preocupada por el fallo que fuera a emitir el Supremo: "Primero esperemos a ver qué hace exactamente el Tribunal (Supremo), porque eso nos dará una buena idea de, francamente, qué daño va a resultar", dijo.
En este sentido, la vicepresidenta de Estados Unidos detalló el pasado miércoles que ha mantenido reuniones con expertos constitucionales para abordar las implicaciones que tendrían la anulación del fallo en cuestiones como la privacidad de la mujer, "el derecho a la anticoncepción" o el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo. Tras los encuentros, Harris se mostró "muy preocupada" por lo que implicaría la anulación de Roe versus Wade: "Estamos muy preocupados por lo que significará una degradación del derecho a la privacidad, más allá del derecho a tener acceso a un aborto".
Hace tan solo una semana, el Instituto Guttmacher publicó un informe en el que se indicaba que en el año 2020 se practicaron más abortos en Estados Unidos que en 2017, revertiendo así la tendencia a la baja registrada durante más de 30 años en el país. El último informe publicado por el organismo mostró que en 2020 se contabilizaron un 8% más de interrupciones al embarazo que en la anterior serie, en 2017. Además, según el último registro, uno de cada cinco embarazos en el país terminó en aborto, con una tasa de interrupciones del 20,6%. Asimismo, el instituto informó de que la cantidad de interrupciones ha pasado de 862.320 en 2017, a 930.160 en el año 2020.
Reacciones a la decisión judicial
La líder de la mayoría demócrata en la Cámara Baja estadounidense, Nancy Pelosi, ha calificado de "insulto" y "bofetada" para las mujeres el fallo Supremo, una decisión que ha tachado de "cruel, escandalosa y descorazonadora". Desde España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha pronunciado sobre la decisión judicial advirtiendo de que "no podemos dar por sentado ningún derecho", puesto que "las conquistas sociales siempre están en riesgo de retroceder". "Las mujeres deben poder decidir libremente sobre sus vidas", ha aseverado.
Por su parte, la ministra de Igualdad, Irene Montero, ha lamentado que hoy "es un día muy triste para las mujeres en todo el mundo" y ha reivindicado que "el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos es un derecho fundamental en democracia". La dirigente de Unidas Podemos recalca que esta decisión judicial no disminuirá el número de abortos, sino que hará que "dejen de ser seguros, que se realicen en clandestinidad y que muchas mujeres pongan sus vidas en riesgo". "Estoy segura de que el movimiento feminista americano se movilizará para impulsar la garantía del derecho al aborto", ha agregado Montero.