733 millones de personas pasan hambre
Trump congela las ayudas y pone en jaque los comedores escolares, la mayor protección para niños y niñas del mundo
Los detalles Más de 733 millones de personas pasan hambre en el mundo y se calcula que 45 millones de niños y niñas menores de cinco años padecen emaciación. Trump no parece que se frene por nada para conseguir sus objetivos, ni siquiera el hambre.

Resumen IA supervisado
Donald Trump ha decidido congelar todas las ayudas internacionales, poniendo en riesgo servicios esenciales como los comedores escolares, fundamentales para muchos niños y niñas en el mundo. Estos comedores no solo ofrecen la única comida diaria para algunos menores, sino que también han incrementado la escolarización en un 9% y representan una barrera contra problemas como los matrimonios infantiles, la violencia y el trabajo infantil. Con más de 733 millones de personas pasando hambre y 45 millones de niños sufriendo emaciación, la eliminación de estas ayudas podría agravar la situación. Además, los colegios, que sirven como refugio y punto de control para la salud familiar, también están en peligro debido a estas decisiones.
* Resumen supervisado por periodistas.
Trump congela todas las ayudas internacionales. Y dentro de esas medidas, peligra una de las necesidades fundamentales de muchas personas: los comedores escolares, hoy por hoy la mayor protección para niños y niñas del mundo. No solo para quienes pasan hambre, sino que a veces este servicio ofrece la que va a ser su única comida del día. Debido a esto, crece el índice de escolarización un 9% y es la mejor arma contra los matrimonios infantiles, la violencia o el trabajo infantil.
Más de 733 millones de personas pasan hambre en el mundo y se calcula que 45 millones de niños y niñas menores de cinco años padecen emaciación -bajo peso en relación con la talla-. Trump no parece que se frene por nada para conseguir sus objetivos, ni siquiera el hambre. Miles de niños viven una realidad que para Trump no existe.
Hasta ahora la necesidad de comer lo suplían, en parte, con los comedores escolares. Con Trump todo esto puede desaparecer. Y no estamos hablando de un gran menú, de hecho antes de sus recortes la ayuda humanitaria destinada a los más pequeños era ya escasa: no cubría ni siquiera el 5% de las necesidades.
Y además de los comedores sociales, también está en peligro los colegios. Los centros escolares son un salvavidas, el lugar aprovechado por las ONG para vigilar de cerca la salud de toda la familia. Un entorno seguro, perfectamente engrasado que se viene abajo porque Trump ha decidido que el sur global sólo importa para ciertas cosas.