Trump afirma tener pruebas de que el coronavirus se originó en un laboratorio de Wuhan, contradiciendo así a la Dirección de Inteligencia que horas antes había rechazado un supuesto origen artificial.
El presidente de EEUU generó esta nueva polémica cuando los casos confirmados de COVID-19 en EEUU suman 1.070.000 y los fallecidos son 63.000 (2.200 más que ayer).
La OMS no ha tardado en responder y ha insistido en que "todas las pruebas disponibles" apuntan a un origen animal como fuente de la pandemia. La OMS reitera así que "todas las pruebas disponibles hasta la fecha sugieren que el virus tiene un origen animal natural y no ha sido manipulado ni fabricado".
La organización apunta que el salto del virus hacia humanos no tuvo por qué ser directamente desde un murciélago, ya que existe un contacto "limitado" con esta especie, sino que es "más probable" que hubiese otro animal "intermedio", tanto salvaje como domesticado, que hiciese las veces de transmisor.
Trump contradice a sus servicios de Inteligencia
Tras conocerse que funcionarios del Gobierno habrían presionado a los servicios de espionaje para que busquen pruebas de que el origen del SARS-CoV-2 está en un laboratorio en Wuhan, la oficina del director de la Inteligencia Nacional, Richard Grenell, descartó en un comunicado que la mano del hombre esté detrás.
Horas después del pronunciamiento, poco habitual en la Dirección de Inteligencia, Trump aseguró desconocer su contenido y dijo tener pruebas, que no reveló, de que el virus, en realidad, sí se originó en el laboratorio de Wuhan. En concreto, un periodista le preguntó si tenía pruebas que le permitan afirmar con un alto grado de confianza ese hecho, a lo que Trump contestó: "Sí, sí las tengo y creo que la Organización Mundial de la Salud debería estar avergonzada".
Por su parte, 'The Washington Post' publicó que funcionarios de alto rango han comenzado a explorar la posibilidad de imponer un castigo o pedir compensaciones económicas a China por su gestión de la pandemia.