Las encuestas dan empate a una semana de las elecciones de Estados Unidos. La clave va a estar en unos estados donde la diferencia entre Trump y Kamala es mínima. Puede que la victoria esté en lo que hagan los latinos en un momento en el que Trump ha tenido un patinazo.
Los nervios han llegado al partido republicano, pues los de Trump se han pasado de frenada tirando de humor. "Hay literalmente una isla flotante de basura en medio del océano. Creo que se llama Puerto Rico", dijo el humorista Tony Hinchliffe.
Esta fue una de las muchas perlas, como que los latinos crían como conejos, que han soliviantado a una nada despreciable parte de sus principales votantes que hoy se mueven entre el disgusto y el enfado por una ofensiva inaceptable. Es muy peligroso que puertorriqueños y otros latinos digan 'basta' en estados clave como Carolina del Norte, Wisconsin o Michigan representan una fuerza de voto capaz de decantar a estas elecciones.
No parece bastar que Trump diga que él no es nazi, pues hoy muchos le recuerdan la de veces que les ha acusado de envenenar la sangre del país. Y aunque el candidato republicano a vicepresidente pida un poco de humor a los ofendiditos, la democracia de la todavía primera potencial mundial no es cosa de broma.