Del "dictador" de Biden al amiguismo de Trump
Trump y Putin diseñan su propio orden mundial a costa de la paz en Ucrania
Mientras tanto... El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, trata de jugar sus cartas en el tablero internacional y ganar fuerza en unas conversaciones de las que ha sido excluido.

Hace unos meses lo sucedido este martes en la capital de Arabia Saudí era impensable. Estados Estados Unidos y Rusia reunidos en Oriente diseñando su propio orden mundial mediante la relajación de sus tensiones. Todo, a costa de la paz en Ucrania que ambas delegaciones han abordado en la mesa de Riad, en la que no ha estado uno de sus protagonistas, el país invadido. De nuevo, debatiendo sobre Ucrania, sin Ucrania.
Cuestión de importancia al tener en cuenta que hace nada, el predecesor de Donald Trump en la Casa Blanca, Joe Biden, llamaba dictador al dirigente ruso, Vladimir Putin. Ahora, y de repente, las relaciones fluyen entre ambos países después de que la semana pasada el estadounidense llamase al ruso para acordar iniciar "de inmediato" las contactos para abordar la paz en Ucrania.
Es cierto, que tras esta conversación, el republicano se puso en contacto con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pero cada vez está más claro que el objetivo de ambos es reposicionarse en el planeta y no tanto poner fin a una invasión que Rusia inició en Ucrania hace ya tres años. Ese, se supone, era el objetivo del encuentro de más de cuatro horas en Riad de este martes que deja de lado a Ucrania y la Unión Europea (UE), además de -disculpen de antemano, la posible hipérbole periodística- una imagen para la historia.
Eso sí, este acercamiento podría dejar más, incluso, ya que lo de este martes ha sido tan solo el primer paso para lo que no será una reunión, sino la reunión. Un cara a cara entre Putin y Trump. Si bien, todavía no hay fecha concreta, el asesor del Kremlin, Yuri Ushakov, ha asegurado que ya están "listos" para esa cumbre, al tiempo que ha reconocido que trabajan para que se den las condiciones para celebrarla. Eso sí, ya ha descartado que pueda ser la semana que viene.
Veterania rusa, debutantes estadounidenses.
Todavía en el presente, sin adelantar acontecimiento, de la imagen de este martes también se revelan mensajes en los rostros de los miembros de ambas delegaciones. Por la rusa, se observa a un ministro de exteriores, Serguei Lavrov, con aparente relajación. Quizás las más de dos décadas siendo cargo público tengan algo que ver, como también es en el caso de Yuri Ushakov, uno de los hombres fuertes de Putin desde 2008, además de especialista en Ucrania.
En el otro lado, los negociadores estadounidenses liderados por el secretario de Estado de Trump desde hace tan solo un mes, Marco Rubio. Su semblante sigue siendo serio, pero tenso a su vez. Una tensión que también se ha observado en sus compañeros: el enviado especial en Oriente Próximo y el asesor del republicano en Seguridad Nacional.
Más allá de los gestos, el encuentro encubre otras cuestiones que no deben pasar por alto respecto al reposicionamiento que buscan tanto Trump como Putin. Y es que otro de los objetivos de estas conversación, según Lavrov, es "poner fin, de una vez por todas, a estas dificultades que realmente entorpecen el desarrollo normal" de las relaciones entre las dos superpotencias, que no mantenían un encuentro desde enero de 2022, un mes antes del inicio de la guerra.
"No tengo intención de responder a los ultimátums de Rusia"
Un claro recado a la Administración Biden al que acusó de obstaculizar "significativamente" el trabajo de las legaciones diplomáticas rusas "con expulsiones interminables". Una situación a la que se sumó el problema del arresto de inmuebles diplomáticos rusos que ya comenzó durante la presidencia del demócrata Barack Obama y la limitación a las transferencias bancarias de las legaciones diplomáticas rusas.
Así definía, el ministro ruso la que hasta ahora era la relación entre ambos países, que ya comenzó a deteriorarse tras la anexión de Crimea en 2014 y prácticamente cesó tras la intensificación de la guerra. Ahora, en cambio, este vínculo podría sufrir un antes y un después. Sin ir más lejos, este martes el vocal estadounidense, Tammy Bruce, ha asegurado que Rubio y Lavrov acordaron también "poner las bases para cooperación futura en asuntos de interés geopolítico mutuo y en las oportunidades económicas y de inversiones históricas que emergerán del fin exitoso del conflicto".
Exigencias para todos, menos para Rusia
Eso sí, sobre esa paz en Ucrania también han hablado. Tras el encuentro, EEUU ha asegurado que "todas a partes deben hacer concesiones", pero lo revelador es hacia dónde señalan primero, ya que sobra unas eventuales cesiones rusas, nada se sabe. Sí que se conocen, en cambio, las que consideran necesarias que realice Europa.
En concreto, Rubio ha deslizado que la Unión Europea (UE) tendrá que levantar las sanciones que impuso a Putin tras la invasión de Ucrania. Será solo en este caso en el que podrían sentarse en la mesa de negociación de la que, por el momento, han sido excluidos. A pesar de que esas concesiones rusas son desconocidas, sí que llegan desde ese lado claras exigencias. Una de ellas es que Ucrania no entre en la OTAN porque a ojos de Lavrov -y Putin, claro- "que Ucrania se una a la OTAN es una amenaza directa a los intereses de la Federación Rusa".
Zelenski se endurece
Esta exclusión de Ucrania de la alianza militar, no obstante, es una reivindicación de Rusia desde hace tiempo, ya que cuanto más aislada esté, más débil será. Para evitar dar esa sensación, Zelenski también juega sus cartas en el tablero internacional. Por ejemplo, este martes durante una visita a la Turquía de Tayyip Erdogan, el líder ucraniano ha exigido que las negociaciones no se hagan a sus espaldas.
Además, Zelenski no ha dudado en advertir de que no hay ninguna "intención de responder a los ultimátums de Rusia". Precisamente, en esa línea de reforzar su figura para no ser ninguneado, su Gobierno ha anunciado el aplazamiento de su viaje a Arabia Saudí al próximo 10 de marzo, con el fin de evitar coincidencias con los contactos entre EEUU y Rusia. De hecho, sobre los posibles resultados de estos encuentros respecto a su país, aseguró este lunes que no los reconocería.
Esta marginación de Ucrania en los encuentros para poner fin al conflicto que asola su territorio desde hace tres años, genera mucha preocupación en su población puesto que no están siendo invitados a estos encuentros en los que se debate su futuro. De hecho, las instituciones ucranianas no dudan en denunciar que los avances que se están teniendo llegan al país agredido a través de los medios de comunicación.