El presidente de EEUU, Donald Trump, ha roto de nuevo el consenso internacional al reconocer oficialmente la soberanía de Israel sobre los ocupados Altos del Golán, un gesto que justificó por la "agresión" de Irán y que cobró un tono político, dada la cercanía de las elecciones israelíes.
Más de un año después de proclamar que considera a Jerusalén la capital de Israel, Trump sacudió otro pilar tradicional de la política estadounidense en Oriente Próximo al convertir a Estados Unidos en el primer país del mundo que reconoce la soberanía de Israel sobre los estratégicos Altos del Golán sirios, ocupados desde 1967.
Junto al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y vestidos los dos con la corbata roja que Trump reserva para sus actos más políticos, el presidente firmó un decreto por el que "Estados Unidos reconoce que los Altos del Golán son parte del Estado de Israel". "Esto debería haberse hecho hace muchas décadas", dijo Trump al rubricar la proclamación presidencial.
"Los actos agresivos de Irán y de grupos terroristas, incluida (la milicia chií libanesa) Hizbulá, en el sur de Siria convierten a los Altos del Golán en una plataforma potencial para lanzar ataques a Israel", escribió Trump en su decreto.
La medida entra en conflicto con la resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU, que después de la guerra de 1967 instó a Israel a retirarse de los territorios ocupados en ese conflicto, incluido el Golán, situado en la frontera entre Siria, el Líbano, Israel y Jordania.
Además, podría erosionar la credibilidad del argumento de Estados Unidos de que Rusia se anexionó ilegalmente la península ucraniana de Crimea en 2014, dado que Israel hizo lo mismo en 1981 con el Golán ante el rechazo generalizado de la comunidad internacional.
Siria tachó el anuncio de Trump de "violación de la soberanía y la unidad del territorio sirio", y potencias como Rusia, China, el Reino Unido o Turquía mostraron su desacuerdo con ese gesto desde que el presidente estadounidense lo adelantó el jueves en un tuit.
Muchos analistas interpretaron la decisión de Trump como un espaldarazo a Netanyahu, que visitó la Casa Blanca dos semanas antes de jugarse el cargo en unas disputadas elecciones, y volvió a Israel con una prueba clara de su afinidad con el presidente de EEUU. "Israel nunca ha tenido un mejor amigo que usted", le dijo Netanyahu a Trump. "Este es un día verdaderamente histórico".
El primer ministro israelí concurre a los comicios tocado por una acusación en su contra en tres casos de corrupción, y el hecho de que Trump le recibiera tan cerca de las elecciones contrasta con la decisión de su predecesor, Barack Obama, de no reunirse con él en 2015, cuando también visitó Washington en plena campaña electoral.
Netanyahu defendió que "el pueblo judío tiene raíces en el Golán desde hace miles de años", e insistió en que "nunca ha habido un vínculo tan grande" como el que él comparte con Trump.
La medida estadounidense promete enturbiar las aguas antes de que la Casa Blanca presente, probablemente después de las elecciones en Israel, su plan de paz para israelíes y palestinos, redactado por el yerno de Trump, Jared Kushner. "Cualquier acuerdo de paz debe reconocer la necesidad de Israel de defenderse de Siria y de otros", adelantó Trump.
Se espera que el plan de Kushner aborde los temas más espinosos en el conflicto, incluido el establecimiento de fronteras, pero su futuro es incierto, porque los palestinos se han negado a negociar con Washington después de su reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel.
Netanyahu planeaba dar un discurso este martes ante la AIPAC, el principal grupo de presión proisraelí en Washington, pero lo canceló para regresar a Israel debido al cohete disparado en las últimas horas desde Gaza, que destrozó una vivienda e hirió a siete civiles, incluidos tres menores. Israel respondió con una tanda de bombardeos contra objetivos del movimiento islamista Hamás en Gaza, y Trump respaldó sin ambages el "derecho absoluto de Israel a defenderse".
El primer ministro israelí expresó su agradecimiento a Trump regalándole una caja "del mejor vino del Golán", pero, como el presidente estadounidense es abstemio, acabó ofreciéndola al personal de la Casa Blanca.
"Espero que no abran una investigación sobre ello", bromeó Netanyahu, en referencia a la recién cerrada pesquisa del fiscal especial Robert Mueller sobre Trump y Rusia.