Donald Trump empieza a pensar en el día después de las elecciones y ya prepara el terreno ante una posible derrota. El expresidente estadounidense ha dejado caer que, para evitar un caos y un fraude, el Ejército y la Guardia Nacional tendrían que desplegarse en los colegios electorales y asegura que el gran enemigo son los votantes de izquierda, mientras sobrevuela el temor a un nuevo asalto al Capitolio.
Así, el mismo que arengó a sus seguidores a asaltar el Congreso de Estados Unidos asegura ahora que la democracia está amenazada por culpa de los demócratas. Trump sostiene que "el enemigo interno es más peligroso que China, Rusia y todos estos países" y estaría dispuesto a sacar al ejército con tal de proteger las elecciones del próximo 5 de noviembre... de la izquierda.
"Tenemos a gente enferma, lunáticos de izquierda radical y debería ser fácilmente manejado por, si es necesario, la Guardia Nacional o, si es realmente necesario, por el Ejército", ha sugerido el expresidente estadounidense y candidato republicano a la Casa Blanca.
Para su oponente, la demócrata Kamala Harris, es un prueba de que Trump "está cada vez más inestable y trastornado" y busca un "poder sin control". No en vano, su rival ha llegado insinuar que si sale elegido presidente, no hará falta volver a las urnas.
"Solo tenéis que votar esta única vez y después todo estará bien", prometía durante un reciente mitin, en el que aclaraba que no es que quiera implantar una dictadura para siempre, sino solo el tiempo suficiente para llevar a cabo sus medidas más controvertidas. "Solo quiero ser un dictador durante un día y voy a cerrar las fronteras y 'perfora, cariño, perfora'...", aseguró.