Estados Unidos ha despertado en el segundo día de la era de Donald Trump. La urnas han hablado y, guste o no, toca ponerse a trabajar en el traspaso. Es lo que tiene la democracia. Es una idea en la que han insistido tanto la perdedora y vicepresidenta, Kamala Harris, en su discurso de aceptación como el presidente Joe Bien este mismo jueves. Ambos aseguran que harán con Trump todo lo que él no hizo en 2020: una transición "pacífica y ordenada".

Este jueves Biden ha reconocido que los demócratas perdieron el martes la "batalla" electoral frente a unos republicanos liderados por el magnate Donald Trump, a quien le ha prometido una transición "ordenada" para que pueda asumir el poder sin contratiempos el próximo 20 de enero, una confianza de la que él precisamente no gozó hace cuatro años.

Trump, derrotado en las elecciones de 2020 frente a Biden, se negó a reconocer el triunfo de su rival y alentó un asalto al Capitolio en pleno proceso de ratificación de los resultados. "No puedes querer a tu país solo cuando ganas. No puedes querer a tu vecino solo cuando estás de acuerdo con él", ha dicho el mandatario saliente desde los jardines de la Casa Blanca.

Aún quedan un par de meses para que Trump vuelva al despacho oval. Pero, según un recuento del Washington Post, desde que anunció que se presentaría a la elecciones, Trump ha prometido 41 medidas diferentes para su primera jornada como presidente de Estados Unidos. En una ocasión, incluso, llegó a decir que si volviera a la Casa Blanca actuaría como un "dictador".

El presidente electo ha dejado claro en su campaña que pretende establecer una política de aranceles elevados que podría suponer un serio problema para las empresas, especialmente las europeas.

El magnate planea implantar un arancel universal de un 20% a todas las importaciones, algo que ya sufrieron los sectores del vino y del aceite de oliva españoles durante su primer mandato, que vieron cómo perdieron alrededor de una quinta parte de sus ventas.

Quiere utilizar las instituciones y el Ejército para perseguir a sus rivales

"El primer día pondré en marcha el mayor programa de deportación de la historia de América", anunciaba Trump en su campaña. Ahora, ese día ya tiene fecha: el 20 de enero. Tras su victoria, el magnate ha indicado que EEUU es un país que "necesita ayuda, y la necesita urgentemente. Vamos a arreglar nuestras fronteras", ha aseguraba.

Un ataque a los inmigrantes que pasa por campos de detención y enviar a personas que buscan asilo en Estados Unidos a terceros países de Centroamérica e, incluso, África. Trump ha recalcado que si quieren entrar al país "tienen que hacerlo legalmente".