Las autoridades turcas han anulado la licencia de nueve hospitales privados en Estambul, donde una red criminal formada por médicos y enfermeros dejaba morir a bebés neonatos para enriquecerse mediante un fraude a la seguridad social, informó este domingo la agencia pública turca Anadolu.
La policía ha detenido a 47 personas, entre ellos cuatro médicos y 18 enfermeros, confirmó hoy el ministro de Justicia turco, Yilmaz Tunç. La supuesta red criminal empezó a investigarse hace un año, indicó el ministro, pero solo en los últimos días el caso ha salido a la luz pública, al clausurarse los hospitales implicados y trasladarse sus pacientes a otras clínicas.
Las autoridades han anulado las licencias de nueve hospitales privados en varios distritos de Estambul, y cuatro de ellos han sido precintados por la policía y están bajo vigilancia policial. La investigación es secreta, pero Tunç ha confirmado que los detenidos están acusados de formar una red para el enriquecimiento ilícito y de causar la muerte de bebés por abandono.
Según Anadolu, la banda operaba mediante subcontratas en varias unidades de cuidados intensivos para neonatos en hospitales que mantienen conciertos con el sistema de la seguridad social pública. El supuesto jefe de la trama sobornaba a empleados de los servicios de ambulancias y responsables municipales para derivar el mayor número posible de bebés recién nacidos a las unidades de su red y cobrar así las tarifas correspondientes del seguro público.
Al menos 10 bebés han muerto, bien porque se los mantenía mucho más tiempo de lo recomendable en una unidad de cuidados intensivos con el objetivo de aumentar las ganancias de la red, o porque no se les administraban los medicamentos adecuados, señala Anadolu.
Según la emisora NTV, la banda dejaba a los pequeños únicamente al cuidado de enfermeros, sin la obligatoria presencia y supervisión de médicos. La revelación del caso ha causado un enorme revuelo en Turquía por la aparente impunidad con la que pudo operar la banda, que llegó incluso a amenazar de muerte al fiscal que investigó el caso, informa Anadolu.
Gran parte del sistema de salud en Turquía es público y funciona mediante hospitales propiedad del Ministerio de Sanidad, con médicos y enfermeros que son funcionarios estatales, pero también existe una red de clínicas privadas. Algunas de éstas mantienen conciertos con el Ministerio para acoger a pacientes a cambio de recibir el pago correspondiente de la seguridad social pública.