Civiles en el norte de Siria han comenzado a huir de sus hogares por miedo a más ataques aéreos y terrestres de Turquía, que ha dado inicio este miércoles a la campaña militar contra las milicias kurdosirias en la región y que ya ha causado la muerte de civiles. "Los civiles en toda la frontera de Siria con Turquía (...) tienen miedo y ha comenzado una ola de desplazamientos", indicó el Centro de Coordinación y Operaciones Militares de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza liderada por kurdos.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos aseguró también que ha aumentado la "ola de desplazados de Ras al Ain y sus alrededores por temor a ataques aéreos turcos y terrestres" en un momento en el que Ankara ha atacado varias poblaciones del norte y noreste de Siria. En esos bombardeos turcos han muerto dos civiles en la aldea de Mashrafa, en Ras al Ain, mientras que otros cuatro resultaron heridos, incluido un niño de 16 años, al este de Qamishli, indicó el portavoz de las FSD, Mustafa Bali.
El Observatorio, cuya sede se encuentra en el Reino Unido pero que cuenta con una amplia red de colaboradores en el terreno, apuntó que un combatiente de las FSD pereció en Ras al Ain, población en la que se encuentra la franja fronteriza que Ankara aspira controlar. Arnau Pages, miembro catalán del colectivo de voluntarios en el noreste de Siria Rojava Information Center (RIC), aseguró desde Ras al Ain que al cabo de dos horas del inicio de una manifestación organizada por activistas contra la ofensiva turca comenzaron los bombardeos de Ankara en la frontera.
"La gente ha empezado a salir después de estos bombardeos, ha sido masivo", señaló Pages. Por otro lado, otro testigo de nacionalidad española, identificado como Olmo Veloso, indicó a Efe desde Ras al Ain que "la gente que ha ido saliendo era una mezcla entre la gente de la marcha y de la ciudad", asegurando que la ciudad se encuentra ahora "tranquila". Afirmó que los civiles que han huido "se están alejando de la frontera (...) y otros están esperando a ver qué puede pasar". Las FSD señalaron que el primer bombardeo fue a las 16.00 hora local (13.00 GMT) contra un campo de sus unidades antiterroristas.
Según un comunicado de Hemim Kobane, representante de las FSD con la coalición, "parece que los bombardeos se llevarán a cabo contra civiles y posiciones militares, tal y como ocurrió en Afrín", en referencia al cantón kurdo que fue ocupado por Ankara durante su última operación en el norte de Siria, en 2018. Entre las ciudades atacadas, según los kurdos, están Qamishli, Tal Abyad y Ain Aissa, a decenas de kilómetros de la llamada "zona segura" por los turcos, o "mecanismo de seguridad" por los kurdos, donde Ankara busca reasentar a dos millones de refugiados sirios que acoge.
Qamishli es una de la ciudades más pobladas en el territorio que controlan los kurdos en el norte de Siria, donde Damasco también cuenta con el dominio de una amplia zona, incluido el aeropuerto. Los ataques se produjeron justo después de que Turquía anunciase oficialmente el comienzo de su operación militar en el norte de Siria contra las milicias kurdosirias, a las que considera "terroristas" por sus vínculos con el proscrito Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla kurdo-turca activa en Turquía.
Turquía aspira a controlar una franja adyacente a la frontera siria de 32 kilómetros de ancho y 480 de largo, desde el Éufrates hasta Irak, un territorio hasta ahora dominado por las Unidades de Protección Popular (YPG), columna vertebral de las FSD, que han establecido de facto una administración local, algo que inquieta profundamente a Ankara. El resto del norte de Siria, desde el Éufrates hasta el Mediterráneo, ya está bajo control de tropas turcas, tras la operación 'Escudo del Éufrates' al norte de Alepo en 2016, y 'Rama de olivo', en el enclave kurdo de Afrin.
Los kurdos han llamado a la comunidad internacional a que les proteja después de que Estados Unidos anunciase el pasado domingo que retiraba a sus 50 soldados que tenía en esa franja fronteriza para no verse involucrados en la campaña. Asimismo, han abierto la puerta a un diálogo con su enemiga histórica Damasco y su aliado Moscú para conversar sobre la posibilidad de que participen junto a ellos durante la ofensiva contra Turquía. Esta ofensiva ha desatado las críticas de Europa, que teme que pueda desestabilizar la región y provocar el resugir de ISIS. Juncker ha pedido a Turquía que pare los ataques.