Según informa la cadena
de televisión afgana Ariana, durante la operación de las fuerzas de seguridad
afganas en la sede de la ONG en la capital de la provincia de Nangarhar han
sido rescatados 46 trabajadores de la misma, incluidas doce mujeres.
Las autoridades afganas
han dado por concluida la operación tras eliminar a los cinco milicianos de
Estado Islámico que han llevado a cabo el ataque, que comenzó hacia las 9.00
horas con la explosión aparentemente de un coche bomba y se ha prolongado durante
más de diez horas.
Previamente, la cadena
de televisión 1TV había podido confirmar tres fallecidos en el ataque, dos
guardias de Save the Children y un civil. Además, según las informaciones
iniciales, buena parte de los heridos por la explosión del coche bomba y el
posterior asalto al recinto de la ONG serían civiles.
Daesh, muy presente en
Nangarhar, ha reivindicado la autoría del atentado a través de un mensaje
publicado en la agencia de noticias afín Amaq. No es la primera vez que el
grupo que lidera Abu Bakr al Baghdadi atenta en Afganistán, donde ha perpetrado
ataques con decenas de muertos, incluso en Kabul. Por su parte, los talibán se
habían apresurado a desmarcarse del atentado.
Como consecuencia de lo
ocurrido, Save the Children ha anunciado la suspensión temporal de sus
programas en Afganistán, de los que se benefician 1,4 millones de niños, hasta
que se pueda garantizar la seguridad de su personal.
"Nuestra principal
preocupación sigue siendo garantizar la seguridad de todo nuestro
personal", ha asegurado la ONG en un comunicado. "En respuesta a
esto, todos nuestros programas en Afganistán han sido suspendidos temporalmente
y todas nuestras oficinas están cerradas", ha precisado la organización.
Así las cosas, el primer
ministro afgano, Abdulá Abdulá, ha condenado el atentado. "Esto demuestra
que los terroristas no tienen ningún respeto por las vidas humanas y cometen
crímenes de guerra atacando a civiles y ONG que están trabajando para salvar
vidas y garantizar un futuro brillante para los niños en Afganistán", ha
denunciado.
También ha expresado su
condena y su repulsa el presidente del país, Ashraf Ghani, que ha aprovechado
para lanzar un mensaje a Pakistán. El mandatario ha instado "a todos los
países de la región y del mundo a luchar seriamente (...) sin distinción contra
los terroristas y destruir sus santuarios".
A la condena se ha
sumado la coordinadora humanitaria en funciones de la ONU en Afganistán, Adele
Khodr, que ha recordado que "los trabajadores humanitarios no son un
objetivo". La representante de la ONU ha apelado a "todas las partes
en el conflicto a que cumplan con sus obligaciones en virtud del Derecho
Internacional Humanitario de proteger a los civiles y a los trabajadores
humanitarios".
La ONU ha recordado que
Afganistán es uno de los países más peligrosos para los trabajadores
humanitarios. En 2017, un total de 17 cooperantes fueron asesinados y otros 32
resultaron heridos en ataques, mientras que 47 fueron secuestrados.
En un comunicado
conjunto, la jefa de la Diplomacia europea, Federica Mogherini, el comisario de
Ayuda Humanitaria, Christos Stylianides, y el de Cooperación Internacional y
Desarrollo, Neven Mimica, han defendido que "salvar vidas no debería
costar vidas".
En su opinión, el
atentado contra Save the Children "demuestra la flagrante falta de respeto
por el bienestar y el futuro de todos los niños afganos, que dependen del
trabajo dedicado de otros". "No permitiremos que los actos de
terrorismo nos disuadan de apoyar a quienes más lo necesitan en
Afganistán", ha asegurado. "La UE está junto al pueblo y las
autoridades afganas y sigue comprometida a ayudar a los afganos a lograr un futuro
pacífico", han remachado.
"Condenamos
firmemente el ataque y trasladamos nuestras condolencias a las víctimas y
sus familias", ha señalado la portavoz del Departamento de Estado
norteamericano, Heather Nauert, en su Twitter. "Estamos junto a quienes
trabajan para mejorar Afganistán", ha asegurado, recordando que "los
trabajadores humantiarios no son un objetivo".