Hungría ha mantenido su veto al paquete de 18.000 millones de euros en ayuda financiera a Ucrania para 2023, lo que obliga al resto de gobiernos de la Unión Europea a buscar un plan B para poder desplegar su apoyo a Kiev desde enero, como estaba previsto.
Budapest mantiene así el chantaje tácito por el que bloquea la aprobación de la ayuda a Ucrania para forzar, en contrapartida, que el resto de socios aprueben su plan de recuperación y no le congelen fondos por sus problemas con el Estado de Derecho.
Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (Ecofin) han señalado que confían en que Hungría levante su veto para aprobar esta ayuda macrofinanciera, y han dejado claro que la UE hará "lo necesario" para garantizar que el primer pago llegue en enero de 2023, con o sin el apoyo de Budapest.
Sobre esta idea ha incidido el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, que ha querido dejar claro en la rueda de prensa tras la reunión de ministros que están determinados a "hacer todo lo necesario" para asegurar que la ayuda llegue a Ucrania, ya sea desde el presupuesto común o a través de la alternativa de garantías nacionales.
"Ucrania está en guerra y necesita desesperadamente nuestra ayuda. Hay un Estado miembro que está retrasando todo y no podemos dejar que pase eso, hay que proporcionar la ayuda", ha zanjado Dombrovskis, en referencia al veto de Hungría.
Sin el apoyo de Hungría, "la única alternativa que lo permitiría sería utilizar garantías nacionales para avalar las emisiones y canalizar así los préstamos a Kiev, que necesita entre 3.000 y 5.000 millones al mes solo para necesidades urgentes" ha indicado Dombrovskis.
En cualquier caso, el ministro checo ha garantizado que "el dinero se va a desembolsar a Ucrania, participen 27 o 26 Estados miembro".
Veto a la tasa mínima del 15% a las multinacionales
Otro tema que el Gobierno húngaro bloquea y que ha quedado aparcado sin nueva fecha, es la tasa mínima del 15% a las multinacionales.
Después de que Hungría haya señalado, durante la sesión pública del Ecofin en la que se ha debatido el expediente, que no está de acuerdo con la enmienda de la regulación financiera, el ministro de Finanzas de República Checa, que ostenta la presidencia de turno del Consejo, Zbynek Stanjura, ha asegurado que el resto de países no se "desanima" y que buscarán una solución.
Además, Stanjura ha añadido que ve la aprobación de ambos expedientes como un "paquete", por lo que debe adoptarse en su totalidad. "El debate ha sido muy claro, todos los ministros excepto uno quieren avanzar y hay distintas formas de lograrlo", ha explicado.
Hungría advirtió que vetaría la propuesta
Hungría había advertido de que vetaría la propuesta argumentando que da ayuda a Ucrania de forma bilateral, pero los socios siempre lo han visto, al igual que el veto al tipo mínimo, como un modo de ejercer presión para evitar que le bloqueen 13.300 millones de euros en fondos europeos por sus problemas con el Estado de Derecho.
Tanto es así que los ministros de Economía y Finanzas de la UE abordaron estas cuatro propuestas como un "paquete" en su reunión, aunque finalmente decidieron pronunciarse solo sobre la ayuda a Ucrania y abordar el plan de recuperación húngaro.
Por el contrario, aplazaron la decisión sobre la propuesta del Ejecutivo comunitario para suspender el desembolso de 7.500 millones de euros en fondos de cohesión por las deficiencias detectadas en la lucha contra la corrupción, los conflictos de intereses o la transparencia en los procesos de licitaciones públicas.
Bruselas concluyó el pasado miércoles que los avances realizados por Hungría hasta el 19 de noviembre con respecto a los compromisos adquiridos eran insuficientes para resolver todos los riesgos para la gestión del presupuesto comunitario, algo que deben corroborar los Estados en el plazo de un mes.
A instancias de Alemania, Francia e Italia, los ministros pidieron a la Comisión un nuevo análisis hasta el próximo viernes para tener en cuenta los pasos dados por las autoridades húngaras tras el 19 de noviembre.
Esto obligará a celebrar un nuevo consejo de ministros de Finanzas antes de que acabe al año para abordar la cuestión, ya que si no hay una decisión antes del 19 de diciembre el proceso decaerá.
Plan de recuperación húngaro
Los socios tendrán que decidir asimismo sobre el plan de recuperación húngaro, aprobado por la Comisión tras haber acordado con Budapest la introducción de 27 reformas relacionadas con el fortalecimiento del Estado de derecho como condición para el inicio del pago de las ayudas.
Si los Estados miembros no lo aprueban formalmente antes de que acabe el año, Hungría perdería el 70 % de los fondos que tiene asignados, es decir, unos 4.600 millones de los 5.800 millones en ayudas directas.
"Se ha dado un plazo muy limitado para que se pueda avanzar o ver si hay que revisar el análisis de cara a tomar una decisión que sea lo más sólida desde el punto de vista político", dijo la vicepresidenta económica española, Nadia Calviño, quien confió en que en los "próximos días" pueda lograrse la unanimidad en todas las propuestas.
El objetivo, señaló, es también evitar que se pierdan los fondos de recuperación y se cause un "daño irreparable" para la población húngara.