La sequía en Uruguay, lejos de mejorar, ha empeorado. El pasado 19 de junio el Gobierno uruguayo decretó la emergencia hídrica para la zona de Montevideo y sus alrededores, cuyo suministro de agua corriente permanece afectado desde mayo por una prolongada sequía.
El objetivo era "tener procesos jurídicos más rápidos y más sencillos" respecto a una obra que habilitará otra fuente de agua potable, explicó entonces el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou. El secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, se ha pronunciado sobre la obra recientemente asegurando que estará terminada en un par de semanas, como estaba previsto.
Por su parte, el presidente Luis Lacalle Pou ha asegurado que el gobierno está organizando las reservas de agua bebible lo mejor que pueden. "Si no llueve va a haber un lapso en el cual el agua no sea bebible", ha expresado. Mientras tanto, las reservas de agua de la capital están por debajo del 2%, cifra que duraría 7 días, según datos de la presidencia recogidos por la CNN.
Delgado añadió que el agua sigue siendo apta para consumo humano y para las otras situaciones esenciales de su uso, pese a que está excepcionada por el Ministerio de Salud Pública debido a sus niveles de sodio y cloro.
En Uruguay los valores máximos permitidos son de 720 miligramos de cloruro por litro y de 440 miligramos de sodio por litro. Según un informe presentado este miércoles, en tres líneas de bombeo se supera el máximo permitido de cloruro (739 mg/l, 792 mg/l y 710 mg/l), al tiempo que el sodio se supera en dos (443 mg/l, 472 mg/l y 427 mg/l).