Al grito de "Paremos los votos ilegales", hordas de trumpistas se congregan a las puertas de un centro de recuento de votos en Arizona en las pasadas elecciones. Motivados por su líder, salen armados a las calles, ya que no aceptan la derrota de Trump en este Estado: "¡Hacer trampa en las elecciones no es libertad!".
Unos hechos que se dieron en la ciudad de Maricopa, en Arizona, en el año 2020, lugar que se convirtió en el epicentro de las teorías de la conspiración trumpistasde sobre un posible fraude electoral. Fue tal la gravedad del asunto, que en uno de los centros el recuento de votos estuvo a punto de ser interrumpido por las protestas.
Por situaciones como esta, Arizona ha convertido sus centros de recuento en fortalezas de cara a estas presidenciales. "Antes de 2020, el edificio era bastante accesible para el público. Hemos recibido muchas amenazas en los últimos años, por lo que nos estamos preparando para garantizar que el edificio sea seguro", ha explicado Jennifer Liwer, directora electoral adjunta del Condado de Maricopa.
Una valla de hierro de unos 20 metros protege el edificio, además de guardias armados en cada punto de entrada. Y para acceder a las salas de validación de papeletas se necesita un credencial especial. Seguridad y transparencia es su lema. En la web de la página oficial, varias cámaras de seguridad retransmiten 24 horas por internet lo que pasa dentro del centro de recuento.
El día de las elecciones, francotiradores desde los tejados vigilarán el perímetro, habrá policía secreta y drones sobrevolando el edificio. Algo que veremos a lo largo y ancho del país. El hostil entorno político, con dos intentos de atentado a uno de los candidatos, ha provocado el mayor despliegue de seguridad en Estados Unidos para unas elecciones.