Hacen pulseras, juegan y cantan. Intentar recuperar una infancia que no han tenido, unos años que un día les arrebataron. "Me pegaban sin ton ni son, sin pensar que yo era una persona", relata Amorce, de 15 años.
"Nos prohibía comer", recuerda Leleng, de 17 años. En el mundo hay 152 millones de niños esclavos, casi la mitad están en África subsahariana. A través de un documental, una exposición y un libro, la periodista Ana Palacios muestra cómo es la vida de algunos niños y niñas que han escapado de la trata.
"Son niños que pueden estar meses sin hablar. Tienen un bloqueo emocional tremendo. No son capaces de explicar lo que fue su pasado", explica Palacios.
En muchas ocasiones, los traficantes están más cerca de lo que se piensa. Son amigos cercanos o incluso familiares los que se llevan a los niños prometiendo a sus padres un futuro mejor.
Las promesas nunca llegan, los niños son vendidos y tras un tiempo de trabajos forzados, muchos acaban en la calle. "No confían en los adultos y prefieren agruparse entre ellos por miedo", relata la directora del documental.
Con suerte algunos llegan a centros de acogida, allí intentan reencontrarse con sus familias, estudian y tratan de volver a sonreír. Comienzan una nueva vida lejos de la esclavitud.