Un alto funcionario ruso se ha atrevido a criticar públicamente la "operación militar especial" en Ucrania. Es el liberal Arkady Dvorkovich, antiguo viceprimer ministro y director del centro de innovaciones Skólkovo que ha sido calificado de "traidor" por el partido oficialista Rusia Unida.
"Mientras ciudadanos rusos con armas en la mano luchan por la patria y el pueblo ruso, otros han tomado partido por el enemigo y defienden sus intereses", denunció Andréi Turchak, secretario general de Rusia Unida, en su canal de Telegram. Turchak, considerado un halcón en la política rusa, llamó a empezar "la autopurificación" de la sociedad rusa con la "deshonrosa" destitución del director de Skólkovo.
Debido a las críticas por parte del partido oficialista y las crecientes presiones, Dvorkovich anunció el viernes su decisión de abandonar la dirección de Skólkovo. "En las actuales circunstancias" ve imposible seguir ejerciendo dicha labor, que compagina con la presidencia de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), según un comunicado de dicha fundación.
En la entrevista con la revista estadounidense "Mother Jones", Dvorkovich subrayó que lamentaba por igual la muerte de todos los caídos en los ocho años de conflicto en el Donbás entre el Ejército ucraniano y las milicias prorrusas.
El presidente ruso, Vladímir Putin, reiteró la víspera que el principal motivo de la actual campaña militar es el "genocidio" cometido por Kiev contra la población de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, cuya independencia reconoció tres días antes del inicio de la operación especial.
El detonante de las críticas a Dvorkovich no fueron solo sus declaraciones contra las hostilidades, sino su decisión de apartar a Rusia y Bielorrusia de las competiciones internacionales de ajedrez. Por el momento, los ajedrecistas rusos y bielorrusos podrán competir a nivel individual con la bandera internacional, aunque la FIDE podría sancionarlos en cualquier momento.
"Sueño con que ajedrecistas ucranianos y rusos compitan de nuevo. No unos contra otros, sino juntos", insistió Dvorkovich, quien dijo encontrarse "en lugar seguro con su familia y amigos". Con todo, el campeón ruso, el crimeo Serguéi Kariakin, consideró escasas sus opciones de participar en el torneo de pretendientes que se disputará en junio-julio próximos en Madrid y que otorga el derecho a enfrentarse en 2023 al campeón mundial, el noruego Magnus Carlsen. Kariakin, que defendió los colores de Ucrania hasta 2009, cuando recibió la ciudadanía rusa, ha denunciado amenazas de muerte por su apoyo al jefe del Kremlin, Vladímir Putin.
"Eso no es otra cosa que la misma traición nacional, la misma quinta columna de la que habló el presidente", subrayó Turchak. Se refería a las declaraciones de Putin sobre la existencia de una quinta columna y una casta de traidores que ganan dinero en Rusia y viven en Occidente. "Lo más importante es que en nuestro planeta se instaure de una vez por todas una paz sólida y un orden más justo en el que no haya lugar para el nazismo ni para el dominio de unos países sobre otros", dijo a su vez Dvorkovich.
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Dvorkovich es casi el único alto funcionario que conserva cierta influencia del equipo del expresidente ruso, Dmitri Medvédev, que dirigió el Kremlin entre 2008 y 2012, etapa en la que Putin ejerció el cargo de primer ministro. Medvédev, que es actualmente subjefe del Consejo de Seguridad de Rusia, apoyó a pies juntillas la campaña militar anunciada por Putin el pasado 24 de febrero y que ha sido condenada por la comunidad internacional. EFE mos/pi