Las últimas fotos de Macron con Lula da Silva, en su visita a Brasil, han dejado claro algo que ya sospechábamos: al presidente galo le gusta el contacto físico con sus homólogos. Besos, abrazos, arrumacos efusivos son los gestos con los que el dirigente muestra proximidad y cercanía. De hecho, esta cuestión ha sido comprobada cada vez que se encontraba con el presidente español, Pedro Sánchez.
La canción de Rafa Serna que dice "se te nota en la mirada que vives enamorada" bien podría ser la banda sonora del último viaje de Emmanuel Macron. Salvo que suene 'Amante amado' del guitarrista brasileño Jorge Ben Jor, ya que las últimas imágenes en esta actitud han tenido lugar en el país sudamericano.
De hecho, parece un viaje de novios con el presidente brasileiro que uno oficial puesto que se les ha visto corriendo de la mano en medio de una isla paradisíaca, contemplando las estrellas, navegando como si se tratase de una película romántica o hasta mirándose embelesados en modo poliamor, cual trío incipiente.
También cabe recoger las declaraciones del presidente francés en las que aseguró que "con el presidente Lula, ahora y siempre, cada vez más fuertes". Todo esto ha hecho que Macron y Lula se hayan convertido en carne de meme para deleite del galo que ha escrito en la red social X lo siguiente: "Algunos han comparado las imágenes de mi visita a Brasil con las de una boda, pues yo digo: ¡es que lo fue! ¡Francia ama a Brasil y Brasil ama a Francia!".
Un Macron al que tan pronto vemos queriendo ir de duro como compartiendo confidencias con presidentes como el nuestro. Basta repasar su diario de viajes, toda una bitácora político-sentimental. En él podemos encontrar la ocasión en la que metió cuello a Sánchez o en la que profirió cariño y admiración eterno a su homólogo canadiense.
No obstante, también ha besado a la exprimera dama estadounidese Melania Trump, ha tocado a su marido Donald y hasta ha 'colegueado' de forma efusiva con Joe Biden. En definitiva, el francés es así: Macron, tocón, hasta cuando no tocaba.