El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, lo tiene claro: Bajmut es su fortaleza en la región del Donesk y se aferrará a su defensa hasta el final. "Si las entregas de armas de largo alcance se hacen más rápido, no nos retiraremos de Bajmut y comenzaremos a desocupar el Donbás, que estuvo ocupado desde 2014", señalaba este viernes.
Precisamente allí, en Bajmut, ha muerto este sábado un médico voluntario estadounidense. Un misil ruso alcanzó su vehículo cerca de la línea del frente. Mientras, los combates continúan y ambos bandos intercambian prisioneros. Recientemente lo han hecho con 116 soldados ucranianos, liberados a cambio de 63 prisioneros de guerra rusos.
A la espera de la gran contraofensiva rusa, Zelenski pide la continuidad de las sanciones económicas para asegurar que Rusia no pueda restaurar su capacidad militar. "Las sanciones han ralentizado este proceso", ha asegurado recientemente.
También ha celebrado la llegada de armas que lleva meses pidiendo, como las estadounidenses. Tienen un alcance de 150 kilómetros y se pueden disparar desde los lanzacohetes HIMARS. Solo el sur de Crimea queda fuera de su alcance.
Mientras se concreta la entrega de los Leopard, los soldados ucranianos no pierden el tiempo. Ya están aprendiendo en Reino Unido a manejar los tanques Challenger 2.