La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha advertido de que en 2018 se alcanzó un nuevo récord de emisiones de dióxido de carbono. El pasado año, los niveles llegaron a 407,8 partes por millón (ppm) frente a los 405,5 de 2017.
En este sentido, la OMM ha asegurado en su informe que "las generaciones futuras tendrán que hacer frente a consecuencias cada vez más graves", como "el aumento de las temperaturas, unos fenómenos meteorológicos más extremos, un mayor estrés hídrico, la subida del nivel del mar y la alteración de los ecosistemas marinos y terrestres".
Por tanto, se trata de un récord que nos obliga a empezar a hablar de emergencia climática. Y es que, en los últimos años el calentamiento global se ha disparado, aumentando medio grado la temperatura media mundial. Por ejemplo, en Madrid el incremento ha sido de casi 1 grado, en el norte de Groenlandia ha crecido 2,31 grados y en el norte de Rusia, 3,37 grados.
A pesar de lo escalofriante de estas cifras, todavía hay muchos escépticos con la existencia del cambio climático y las consecuencias de este. Estas son algunas de las frases más pronunciadas por los que niegan esta emergencia mundial:
- "¿Calentamiento global? ¿Con este frío?"
- "El cambio climático a mí no me afecta"
- "Es un cambio inevitable, no podemos hacer nada"
- "Siempre ha habido inundaciones y sequías, pero ahora la tele lo cuenta más"
- "Hay cambio climático, pero la naturaleza se adapta a los cambios"
Para evitar que esta emergencia climática nos lleve a una situación aún más insostenible, los países tendrán que empezar a aplicar en 2020 los acuerdos que se alcanzaron en el Tratado de París. Si bien, según explica Óscar Rodríguez, director de Estación laSexta, la ONU considera que los compromisos de este tratado son insuficientes porque nos llevarán a un crecimiento de 3 grados a finales de siglo.
Para tratar de abordar este problema, los representantes de los países que asistan a la Cumbre del Clima, que se celebrará en Madrid entre el 2 y el 13 de diciembre, pondrán sobre la mesa medidas decisivas que logren un futuro mejor en lo que respecta al cambio climático.