Los yacimientos arqueológicos a pie a playa están expuestos a la erosión costera, pero también lo están a la subida del nivel del mar.

En España, la amenaza del cambio climático se cierne sobre la ciudad romana de Tarraco (Tarragona), las termas romanas del Cabo Trafalgar (Cádiz) y el yacimiento romano de la isla de Ons (Pontevedra), que podrían llegar a desaparecer.

Un estudio de la Universidad de Kiel revela que 47 lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO están en peligro de destrucción. Una lista con milenarias joyas arqueológicas, como las imponentes ruinas de la ciudad de Éfeso, la ciudad antigua de Dubrovnik o el sitio arqueológico de Cartago, que podrían acabar devorados por el mar.

Gracias precisamente a la arqueología podemos entender cómo el hombre tuvo que adaptarse a los cambios climáticos del pasado, como el enfriamiento de la Tierra ocurrido hace 8.000 años.