El gas como energía de transición funciona ya en nuestro país. España ha sustituido las térmicas de carbón por la producción de ciclo combinado, que queman gas para producir energía. También tiene emisiones, pero las reduce a la mitad. De hecho, en octubre, estas centrales fueron la primera fuente de electricidad.
Pero también es cierto que, por primera vez en toda la historia, las emisiones de CO2 asociadas a ese ciclo combinado superan a las emisiones de CO2 producidas por el carbón. Esto es, 16,4 millones de toneladas (un 46%) de las centrales de gas frente a las 9,4 millones de toneladas de las centrales de carbón.
Se tratan de datos más impactantes aún si se tiene en cuenta la variación de estos dos aportes: mientras que el gas se ha incrementado un 67% en el último año, las emisiones por las centrales de carbón se han reducido hasta un 68%.
No obstante, en conjunto, la entrada de gas permite que los datos globales mejoren. En lo que llevamos de 2019, las emisiones globales de CO2 por producción de energía se han reducido un 34%.