Es 14 de abril de 1931 en España, día entre las muchas primaveras que ha vivido Madrid. La cotidianidad puebla una Puerta del Sol muy concurrida desde primera hora de la tarde. Reina la calma, y los automóviles siguen circulando con normalidad, pero algo hace vibrar el ambiente. Los guardias, subidos a sus respectivos caballos, vigilan en formación cualquier movimiento a su alrededor, pero allí no pasa 'nada'. Ni siquiera cuando aparecen los primeros manifestantes, que rompen con la rutina de la céntrica plaza para celebrar la proclamación de la II República.
La zona comienza a llenarse, poco a poco, de banderas y otros símbolos que anuncian un cambio de régimen en España. Los hay que se unen a esta concentración por la euforia del momento; otros, en cambio, siguen centrados en sus quehaceres diarios, sin mostrar mayor interés por la historia política que allí se está cociendo. Porque no es un día cualquiera para España, pero todo parece transcurrir en un clima de serenidad. No se observan cargas ni violencia.
Mientras los grupos revolucionarios aumentan por momentos, los guardias se retiran por orden superior. Los manifestantes aplauden. Poco después, aparece en la plaza la primera bandera republicana ondeada por un oficial del ejército; también, fotografías de los militares Ángel García Hernández y Femín Galán, proclamados mártires por la restauración de la república. A estas alturas, la Puerta del Sol está a rebosar. La llenan hombres y mujeres en un ambiente festivo y expectante. Todos rompen a aplaudir al ser izada la bandera republicana en el por entonces Ministerio de Gobernación.
Así lo está captando una cámara ubicada, principalmente, en una de las ventanas de la Puerta del Sol. Con mirada discreta, graba desde un sitio privilegiado los primeros instantes de este cambio de era, con todo lo que ello conlleva: la reivindicación y la fiesta. Esa cámara logra recoger 14 minutos de ese acontecimiento; una imágenes ya consideradas de vital importancia, pues dan fe del nacimiento de la República en Madrid entre el 14 y el 15 de abril.
Más de 89 años después, podemos ser testigos por primera vez de estas imágenes. Son inéditas, y han sido halladas por la investigadora Maddi López de Arkaute, junto a sus colegas Jesse Pierce y Anthony L'Abbate, en el George Eastman Museum de Nueva York. Según se ha podido saber, formaban parte de un noticiario que, proyectado en diferentes salas de cine de España, daba parte de los nuevos aires políticos que estremecían a un país recién salido de la dictadura de Primo de Rivera y la dictablanda de Berenguer.
Entonces, aquella era la forma que tenía una población con casi un 40% de analfabetismo de tener conocimiento de lo que estaba ocurriendo a su alrededor. En esta ocasión no se conoce el nombre de este vídeo ni de su autor, aunque sí detalles que han llamado la atención, como el lugar donde ha sido descubierto. "No tenemos noticia de cómo llegó a los archivos porque es, además, una película rodada en castellano. No se hizo para el mercado anglosajón", ha explicado Josetxo Cerdán, director de la Filmoteca Española, en una entrevista concedida a Televisión Española.
Estas imágenes son nuestros bisontes de Altamira"
Precisamente, es esta institución la que ha logrado hacerse con la peculiar copia en 16 milímetros de los primeros momentos de la República en Madrid. Tras ser descubierta por los estudiantes en la colección de cine del museo, estos contactaron con la Fimoteca para comprobar si contaban con una copia de esta cinta. La sorpresa fue mayúscula: no conocían esta pieza documental. "Estas imágenes son nuestros bisontes de Altamira. Alguien, en el futuro, será capaz de verlo mucho más claro que nosotros hoy en día", ha añadido Jostxo Cerdán en declaraciones a la agencia EFE.
Para su preservación en el futuro, se ha llevado a cabo una restauración manual de la cinta y se han realizado las copias necesarias para su conservación y próximas exhibiciones. De hecho, desde su descubrimiento, ambas instituciones, la Filmoteca y el George Eastman Museum, han querido colaborar de forma conjunta en la preservación del filme. Todo, con el objetivo de que este contenido histórico "sea públicamente accesible". Y no ha tardado en ser así. Cerca de un siglo después de que fuera grabada, y con motivo del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual, la Filmoteca Española presentó esta película en el Cine Doré.
También se exhibieron otras grabaciones de aquellos días de abril en los que España mudó de piel. En conjunto, estas piezas reivindicaron la importancia que sigue teniendo a día de hoy el hallazgo de archivos históricos para concebir y entender de una forma más clara nuestro propio pasado. Precisamente por esta cuestión, en el acto se recalcó la necesidad –especialmente durante la intervención del catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza Julián Casanova– de que estas obras, por su valor histórico y documental, pudieran formar parte del catálogo educativo de los jóvenes del mañana, a fin de preservar en la memoria colectiva un acontecimiento de tal calibre.