En pleno proceso por obtener una vacuna contra el coronavirus, surge la duda de quién debería recibirla primero. "Producir una vacuna a gran escala es muy complicado y, por tanto, tenemos que elegir muy bien a qué personas tenemos que vacunar primero", asegura José Félix Hoyo, presidente de Médicos del Mundo.
Normalmente, las autoridades sanitarias siguen estrategias epidemiológicas para aplicarlas entre la población de mayor riesgo. "Colectivos como los sanitarios, los de primera línea, seguridad, residentes en residencias...", explica Daniel López Acuña, exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la OMS.
Ver quién corre más riesgo es clave
Ahora, un laboratorio español ha diseñado una tecnología basada en la epigenética: un estudio genético que analiza un centenar de marcadores personales para determinar qué población corre más peligro si se contagia.
"Los bioalgoritmos permiten determinar la gravedad de los síntomas que una persona tendría en el caso de un contagio incluso antes de que se produzca", sostiene Sergio Caja, director de Laboratorios Necenti.
Las dudas sobre la aplicación de la epigenética
Así y gracias a esos algoritmos bioquímicos se podría determinar qué personas necesitarían la vacuna antes que otras. Pero algunos expertos avanzan: sería complicado implementar esta tecnología a gran escala.
"Hacer estudios genéticos previos a la vacunación para ver quién tiene más susceptibilidad genética es un planteamiento que puede hacerse desde un punto de vista de la medicina individual y clínica pero no de la salud pública", apunta López Acuña.
Cuando llegue la vacuna, dicen los expertos, no sería de aplicación obligatoria salvo que las autoridades sanitarias lo impusieran. Pero antes de su comercialización preocupa quiénes serían los primeros en probarla. Y ahí es donde, según los expertos, existen desigualdades sociales.
"La normativa permite que en determinados países con índice de desarrollo humano bajo se puedan hacer experimentación con vacunas que se podrían hacer en otro lugar pero allí es más sencillo y más personas dispuestas a hacerse voluntarias a cambio de una remuneración económica", destaca Félix Hoyo.
De ahí que sea tan necesaria, afirman, una sanidad pública y universal para proteger de la forma más eficaz a los más vulnerables.