"No tengo ninguna manta de la que tirar. Tampoco soy una bomba de relojería, ni para Sánchez ni para nadie". Con estas palabras, José Luis Ábalos sigue defendiéndose de acusaciones y críticas, y continúa decidido a no abandonar su escaño, tal y como le exigía el PSOE a raíz del estallido del 'caso Koldo'. Un partido que en los últimos días ha intentado que entregara su acta de diputado para desvincular en lo posible a la formación de esa presunta trama de corrupción relacionada con el cobro de 'mordidas' en la compra de material sanitario durante la pandemia.
Un partido que, como ha destacado el exministro de Transportes en una entrevista concedida a Carlos Alsina en el programa 'Más de uno', de Onda Cero, ha llegado a proponerle una "salida personal" a cambio de su renuncia. Una posibilidad sobre la que el propio Ábalos ha ironizado: "Me encanta lo de salida personal. Pero tengo muchas ofertas, no hace falta que me hagan salidas personales. Yo he sido ministro, lo cual es siempre interesante para cualquier empresa o iniciativa".
"Yo no necesito una salida personal. Lo que está en cuestión es algo que me inhabilita, no solo en la política, sino en la vida civil", ha denunciado el todavía diputado socialista, quien ha advertido de que "si la reputación de uno está dañada, nadie quiere verse mínimamente contagiado". En este sentido, ha asegurado estar ya sufriendo las consecuencias del 'caso Koldo', pero especialmente de su enfrentamiento con el PSOE: "El banco no me ha permitido ser avalista a raíz de esto. Es lo que ellos llaman riesgo reputacional".
El PSOE actúa con impulsividad y quiere demostrar que no es como el PP"
Ábalos se ha mostrado especialmente dolido con la actuación de la formación socialista después de que esta anunciara públicamente un plazo de 24 horas para que entregara el acta de diputado: "Estoy suspendido (de militancia), creo. Supongo (que me van a echar). Yo siempre voy a respetar a este partido, me lo ha dado todo. Pero las normas del partido establecen que solo se puede exigir la dimisión en procedimiento penal y cuando está llamado a juicio oral".
"No puedes pedirme algo que contraviene la norma. Me suspenden porque no he hecho caso a algo. Está fuera de la norma, es una decisión política subjetiva", ha criticado Ábalos, que no obstante ha dicho entender el porqué de estas maniobras del PSOE: "La situación es de mucha presión. El PSOE actúa con impulsividad y quiere demostrar que no es como el PP. A los del PP los metemos en la cárcel, pero si son socialistas los fusilamos. Hay que demostrar que hay mayor autoexigencia".
Sobre el PSOE y las responsabilidades políticas
En este punto de la entrevista, Ábalos ha sido cuestionado sobre su responsabilidad política a propósito de Koldo García. ¿Asume su responsabilidad? "Siempre tenemos una responsabilidad, pero hay que conocer los límites. Si te dan todas las garantías, indagas menos. (Koldo) Era una persona muy comprometida. Muchas veces, las personas no son como aparecen reflejadas", ha esgrimido el diputado, quien ha precisado: "El fundamento en los gabinetes es la confianza. Y en este caso, el tema es la traición a la confianza".
Precisamente, sobre su exasesor, cree Ábalos que "ahora se tendrá que defender", pero ha añadido: "Leyendo la querella me quedo muerto. Si es así como dice la querella, no hay muchas luces. Hay cosas que no se entiende cómo uno puede hacerlas. Me ha roto todos los esquemas, no me parece inteligente en nada. Es tan torpe todo". Un exasesor con el que, según ha constatado ante Alsina, no se ha puesto en contacto tras salir a la luz la presunta trama: "No he hablado nada. No tengo fuerzas ni lo veo conveniente".
De vuelta a la situación en la que le deja el PSOE, Ábalos ha querido abordar con Alsina su relación con el partido. Así, ha contado que "nunca" dejó de "hablar con Santos Cerdán en todo este tiempo", desde el estallido del caso hasta su sonada rueda de prensa en la que rechazó hacer entrega del acta: "Lo considero un amigo, más allá de que sea el actual secretario de Organización. Por tanto, puedo hablar con él incorporando sentimientos. Ya le dije que no me dejaban mucha opción, pero lo definitivo fue ese órdago en público (el plazo de 24 horas para renunciar a su escaño)".
Es por ello que Alsina le ha preguntado si se siente maltratado por la formación socialista o por Pedro Sánchez, a lo que ha respondido: "Siempre quiero relativizar, siempre me pongo en la piel del otro. Entiendo que (Sánchez), con la presión que tiene y el hostigamiento que recibe, son tantos los problemas que supongo que dirá: 'Solo me falta una porquería de este tipo para acumular más cosas'. Lo puedo entender todo, pero lo cual no me lleva a compartirlo".
Así, el exministro ha sentenciado: "La decisión de la dirección, más allá de injusta y justa, es si es acertada, útil e inteligente".