Después de conocerse que el juez Joaquín Aguirre pedirá al Tribunal Supremo imputar al expresident Carles Puigdemont por un delito de traición en el caso que investiga la injerencia rusa durante el 'procés', no incluido en la ley de amnistía, la respuesta del letrado del catalán, Gonzalo Boye, no se ha hecho esperar. La ha dado durante la mañana de este viernes en una entrevista radiofónica en RAC 1. Allí ha asegurado que esta decisión por parte de Aguirre corresponde a un "delirio" y a una "pataleta", provocado a su vez por "los psicotrópicos" y "la frustración", respectivamente.
"A ciertas edades y horas los psicotrópicos son peligrosos porque permiten que se produzcan delirios como los que estamos leyendo en estas páginas que ha escrito el juez Aguirre", ha espetado ante los micrófonos de la citada cadena. Además, considera que se salta "entre otras cosas, la orden de la Audiencia Provincial de Barcelona que decía que en julio de 2023 se le agotó su plazo para investigar", ha explicado.
Asimismo, también ha tachado la decisión de "una pataleta que le ha dado" al magistrado, al mismo tiempo que ha calificado de "comprensible" debido a la "la frustración que lleva desde 2016 en una investigación prospectiva que no llega a nada". De hecho, asegura que que "más que una investigación es que parece que han sacado los nombres de los que nos habremos juntado alguna vez a hacer una paella", porque dice "estamos todos".
Más allá de criticar la situación, Boye advierte de que "a lo largo de la defensa demostraremos cuánto dinero público se ha gastado en estos delirios", así como a los periodistas a los que apunta. A raíz de la decisión de Aguirre de incluir al letrado, en un tuit el letrado ha considerado que se trata de "una solución alternativa", que reafirma equivale a un delito de "prevaricación".
Por otro lado y durante la entrevista en RAC 1, Boye ha criticado que el magistrado "tiene la vieja costumbre de las dictaduras" consistente en "notificar todo por la prensa", al mismo tiempo que ha sostenido que a él "aún" no le "ha llegado nada". De hecho, insiste en que hay cuestiones que "trabaja él con los periodistas". Algo sobre lo que asegura es un "intento de desacreditar al poder legislativo y judicial, al incumplir las resoluciones con chulerías".