El juez Juan Carlos Peinado citó como testigo en el caso de la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, a Félix Jordán de Urríes. Un nombre desconocido hasta ahora al que el magistrado cita indicando que es el "monitor de esquí de Pedro Sánchez" y de su esposa. Algo que laSexta puede descartar en exclusiva. Peinado, y a pesar de que Urríes lleva "año y medio desmintiendo" esta información, se basa en una carta enviada por el abogado ultra Ramiro Grau, el cual fue condenado por dar 20 euros a una chica de 15 años para que le realizara una masturbación en el año 2009.

Así lo ha podido confirmar laSexta tras acceder a la sentencia emitida en mayo de 2012 por la Audiencia de Zaragoza, que a su vez fue modificada al año siguiente el Tribunal Supremo. En esta última, a la que también ha tenido este medio, se le condena a dos años de cárcel por un delito de corrupción de menores después de rebajar la pena que había impuesto el tribunal provincial en cinco meses para así poder evitar la pena de privación de libertad, es decir, su entrada en prisión.

Según reza el fallo emitido desde la Audiencia Provincial, Grau recurrió a un joven para que hiciera de intermediario entre él mismo y la menor. Un chico que ya era conocido por el letrado ya que entre los años 2007 y 2008 había puesto en contacto a Grau con "al menos dos chicas jóvenes (...) no constando si llegó a tener con ellas algún tipo de relación sexual, ni en qué condiciones".

Tal y como recoge la sentencia, la menor se interesó por la "forma fácil de conseguir en pocos minutos 20 o 30 euros" que ofrecía Grau, puesto que el amigo le había comentado que podría recibir esas cantidades "a cambio de hacerle algún estriptís o de hacer cosas con él en la cama", al mismo tiempo que le informaba de "que si era tímida irían poco a poco y que no tendría que tirárselo si no quería".

De esta manera, la chica accedía a quedar los tres, los cuales dieron "una vuelta" durante la que el abogado Grau preguntó si la menor "sabía de qué iba el asunto". Tras la respuesta afirmativa de la menor, todos "quedaron en llamarse". Una llamada que no tardó en llegar puesto que ese mismo día Grau y la chica mantuvieron un primer encuentro por el que recibió "10 euros solo por hablar".

En la segunda ocasión, la víctima y el abogado subieron solos al piso con el que este último contaba en Zaragoza. Hasta allí se trasladó la chica, junto al intermediario que esperó abajo, con una bolsa en la que portaba otra indumentaria que utilizó para "estar más provocativa". "Una vez dentro se cambió en el cuarto de baño, saliendo poco después del mismo vestida con la minifalda, las botas y la camiseta con escote", reza el fallo.

Después, y según el mismo fallo, ambos "entraron al dormitorio del hijo" del abogado donde pidió a la menor que "se quitase la camiseta quedándose con solo el sujetador en su parte superior" para "seguidamente" y "allí mismo" realizase "algón baile o contoneo provocativo". Entonces, el abogado "se desnudó de cintura para abajo (...) y tumbándose en la cama le pidió (...) que le realizara una masturbación". Cuando terminó, la sentencia recoge que el abogado dijo: "Esto con mi mujer no hubiera ocurrido".

Tras ello, Grau "le dio 20 euros (...) de los cuales cinco euros tenía que entregar" al joven intermediario. Al haber contado estos actos con el beneplácito de la menor, así como la experiencia previa de esta en el ámbito sexual, la Audiencia de Zaragoza, tal y como confirmó más tarde el Tribunal Supremo, absolvía al Grau del delito de abusos sexuales, pero no del de corrupción de menores al presentar la víctima un carácter "inmaduro".

Cabe destacar que este abogado en cuestión se mueve en un espectro ideológico claro: tiene artículos en los que defiende que vamos "camino de la dictadura" y ha escrito un libro titulado 'El feminismo y otras mentiras'. Además, el escrito que Grau mandó a la Guardia Civil y esta rebotó al juez Peinado acaba con un "a las órdenes de Usía, mi Coronel" y diciendo "¡Viva la Guardia Civil y Viva España!".