Entre gritos e interrupciones, la tensión se disparaba este miércoles en el Congreso de los Diputados durante una sesión de control al Gobierno en la que las acusaciones de corrupción han servido de arma arrojadiza. Un fuego cruzado que, más allá de la dura confrontación entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, se ha extendido entre los diputados, enfangados en el mantra del 'y tú más'.
Así, mientras la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, hablaba de "coca, mordidas y prostíbulos" en relación con el 'caso Koldo', la vicepresidenta primera del Ejecutivo, María Jesús Montero, reprochaba al líder del PP que se siga sentando en una "sede, la de Génova, pagada con dinero negro".
Los reproches se apoderaban de las bancadas, con la ministra de Sanidad, Mónica García, calificando al PP como "el partido más hipócrita y más corrupto", mientras la sesión de control se convertía en una especie de tertulia, con portadas incluidas, como las que ha mostrado el diputado 'popular' Juan Bravo desde su escaño.
Una pleno en el que los diputados apenas dedicaban tiempo para formular sus preguntas, sino que lo hacían para comentar lo que ocurría minutos antes. De esta forma, el portavoz del PP, Borja Sémper, aseguraba que "se huele el miedo y la desesperación" durante una pregunta a la ministra Margarita Robles que ha tardado tanto en formular que la propia titular de Defensa ironizaba así al respecto: "Pensaba que no arrancaba con la pregunta, venía usted aquí con un mitin".
Algunos lo dejaban claro antes de empezar, como el portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado, que ha formulado así una pregunta dirigida a la vicepresidenta Yolanda Díaz: "Esta pregunta es para usted, pero créame que no necesita ni contestarla, porque realmente no va con usted".
Palabras gruesas y gritos entre bancadas que han llevado a la presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol, a reclamar "silencio y un poco de educación" a sus señorías, mientras la líder de Sumar se llevaba incluso las manos a la cabeza. "No voy a contribuir a este espectáculo", sentenciaba Díaz durante su intervención, en la que aseveraba que "la corrupción es demasiado grave en este país".
Una corrupción de la que PP y PSOE se han acusado mutuamente: en el caso de 'populares', a cuenta del 'caso Koldo', mientras otros lo hacían por el presunto fraude fiscal de la pareja de Isabel Díaz Ayuso.