Alberto Garzón pone fin a su etapa como coordinador federal de Izquierda Unida. Así lo ha anunciado el ministro de Consumo en funciones en una carta enviada a la militancia este viernes, muy poco después de que Pedro Sánchez haya sido reelegido presidente del Gobierno y a escasas horas, precisamente, de que se configure la nueva foto de un Ejecutivo en el que tampoco estará. Con este paso, Garzón, que cogió las riendas de IU en 2016 y cuyo mandato acababa en 2025, abandona la primera línea política. "No solo cederé el testigo dentro del Consejo de Ministros, sino que también cesaré mi responsabilidad como coordinador de Izquierda Unida", ha explicado en esa misiva en la que ha ahondado en las razones.
"Se trata de una decisión muy meditada y que formaba parte de la hoja de ruta que personalmente asumí hace tiempo. He esperado a este momento para sincronizar mi decisión final con el cambio de fase política". Tal y como ha recordado, "la política española pasa a una nueva fase, con un nuevo Gobierno y con muchos retos que abordar"; un novedoso panorama en el que ya no estará presente, al menos de forma destacada, el que fue el parlamentario más joven del Congreso de los Diputados. Garzón, que llegó a la cámara baja tras las elecciones de 2011 y que cinco años más tarde tomó el relevo a Cayo Lara, ha aludido en su carta a la trayectoria del partido en los últimos años para abordar su recorrido como representante de la izquierda institucional.
"Sin las movilizaciones del 15-M y sin la ruptura del tradicional sistema de partidos en 2014, las cosas hubieran sido muy distintas. Aquellos acontecimientos pusieron a IU en un inmenso aprieto, porque nuestra fuerza política encarnaba en gran medida los valores y principios que querían abrirse paso en nuestra sociedad, sobre todo en las generaciones más jóvenes, pero no éramos nosotros como fuerza política quienes rentabilizábamos electoralmente esas nuevas aspiraciones", ha señalado Garzón.
Se ha referido así el ya exdirigente de IU a la irrupción de Podemos en el escenario institucional, partido con el que acabó estrechando lazos para unificar los esfuerzos en un frente común ante el avance de las derechas. Un trabajo que, según ha valorado, no ha acabado teniendo malos resultados: "A pesar de las dificultades, finalmente lo hemos logrado. Disipamos la amenaza de un gobierno reaccionario la misma noche electoral, pero lo que quedaba por delante era una complicada negociación que, afortunadamente, ha terminado bien".
Mirada al pasado, presente optimista
Garzón no solo ha reflexionado sobre el cambio de paradigma político que ha abordado España desde el Gobierno de Rajoy. También ha tenido gran espacio en su carta para dirigirse a la militancia de la formación, a quienes ha trasladado "el agradecimiento más absoluto". A ellos les ha expresado asimismo su esperanza de "haber contribuido al menos modestamente a mejorar la vida de las familias trabajadoras de nuestro país". "Ha sido un gran honor poder representar a una organización como IU", ha reivindicado el político, quien ha recordado en sus líneas que su decisión de militar en Izquierda Unida "vino empujada por el ejemplo de quienes estaban luchando, asumiendo un gran coste personal, contra una burbuja inmobiliaria que a comienzos de siglo atropellaba las vidas y la naturaleza de la costa malagueña".
"Soy consciente de que yo he sido una consecuencia de esos momentos tan agitados en la política nacional", ha asegurado, al tiempo que ha reconocido que "nunca hubiera imaginado que llegaría el día que asumiría la coordinación general"; una responsabilidad, según ha precisado, que habían aceptado antes que él "otras personas que eran una referencia con mayúsculas, como el compañero, y luego amigo, Julio Anguita", y que le introdujo en un escenario de inquietud e incertidumbre no en pocas ocasiones: "Reconozco que he visto el abismo muchas veces durante todos estos largos e intensos años, como os habrá pasado a la mayoría. Sin embargo, en cada uno de esos momentos hemos sido capaces de reponernos y de construir algo útil y bello al mismo tiempo".
He empleado demasiado tiempo en tratar con gentes que no cuidan a sus semejantes y para los cuales la política es sólo una forma de aplastar al que piensa diferente"
No solo se ha referido con estas palabras al complejo escenario al que se ha enfrentado la izquierda en los últimos años; también, al papel que ha jugado su propia formación, recordando que esta "había vivido en su historia demasiadas disputas fratricidas". En contraposición, y recurriendo a una metáfora del filósofo Otto Neurath, Garzón ha expuesto que el barco que era IU "ha tenido que ser reparado en alta mar, con menos recursos y más dificultades que otras embarcaciones que, además, parecían ser siempre mucho más atractivas y poderosas". Y ha apuntado: "No nos ha faltado pericia ni voluntad, pero la situación siempre ha sido sumamente complicada".
Cree no obstante que ese trabajo de la militancia con él al frente ha devuelto al partido a una situación óptima: "Gracias a nuestros esfuerzos colectivos la situación hoy dista mucho de parecerse a la de hace diez años. Nuestra nave está prácticamente reparada y sigue navegando con soltura siguiendo la brújula que apunta al socialismo. IU está hoy no sólo consolidada, sino que es una fuerza con un capital político imprescindible para el futuro de este país". Finalmente, se ha dirigido a la militancia para valorar sus resultados al frente de la coordinadora. Será esta, tal y como ha remarcado, quien tenga que valorar su "gestión al frente de la organización durante estos siete años".
Siete años en los que, tal y como ha apostillado, también ha "cometido errores". "Algunos de ellos los conozco ya, pues he tenido tiempo para meditarlos, pero otros probablemente los descubriré con el paso del tiempo", ha lamentado el dirigente, quien ha recordado que "la militancia es muy sacrificada", más cuando uno está en primera línea política y ve "lo mejor y lo peor" de la misma, así como disfruta y sufre sus efectos en primera persona: "He empleado demasiado tiempo en tratar con gentes que no cuidan a sus semejantes y para los cuales la política es sólo una forma de aplastar al que piensa diferente. No es esa mi concepción de la política".