La Comisión Europea ha dado luz verde a los países miembros a comprar de forma independiente la vacuna rusa, Sputnik V, siempre y cuando no forme parte del listado de la cartera de la UE.
Este hecho ha provocado que algunos países ya hayan realizado los primeros movimientos para adquirir este antídoto, que todavía está en revisión por parte de la Agencia Europea del Medicamento, pero que a su vez ya está siendo utilizado en diversos puntos del globo.
En este sentido, una de las primeras naciones europeas en mover ficha ha sido Alemania, cuyo ministro de Sanidad, Jens Spahn, ha confirmado este jueves que está dispuesto a negociar un contrato bilateral con el fabricante de la inyección, aunque con matices: "Rusia debe suministrar datos", recalca, para que su seguridad pueda ser ratificada por la EMA.
Ahora bien, una de las principales muestras de este interés alemán en la Sputnik V lo ha mostrado el estado de Baviera, donde el primer ministro del "Land", Markus Söder, ha anunciado que firmará un preacuerdo para comprar 2,5 millones de dosis. También con alguna que otra condición: "Se trata de una opción, insisto. Está supeditada a esa autorización", recalcaba este miércoles.
De momento, Hungría y Eslovaquia ya están inoculando la Sputnik V, mientras que República Checa, ante los elevados casos de COVID-19, se lo plantea cada vez con más seriedad, ante otros países como Austria o Dinamarca, que también han buscado alternativas para sus inyecciones (en este caso, negociando con Israel). No obstante, son pocos los países que se han atrevido a dar el paso, debido a que será fundamental la última palabra de los reguladores europeos, encargados de determinar la eficiencia de este antídoto.
El lío de Sputnik llega a España: algunas CCAA tantean su utilización
La primera región en abril la veda sobre la posible utilización de la vacuna rusa en España ha sido Madrid. Sin ir más lejos, el pasado martes la Consejería de Salud de la autonomía reconoció haber mantenido varias reuniones con los representantes de la Sputnik V para plantear la posibilidad de comprar dosis "ante la inoperancia del Gobierno". Y este mismo jueves las autoridades mantienen su interés: "Si me garantizan que protege y es legal, haría lo necesario para salvar vidas", ha incidido la presidenta de la región, Isabel Díaz Ayuso, en una entrevista con Onda Cero. Así, confirma que, de confirmarse su eficiencia, se sentiría "obligada" a utilizarla.
Pero Madrid no ha sido la única en explorar otras posibilidades, sino que también Andalucía, no obstante, con todo tipo de inyecciones. Así lo ha afirmado esta mañana el consejero de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, que asegura estar manteniendo "contactos" con "intermediarios de las vacunas" contra el coronavirus para conocer cómo está "el mercado". Eso sí, tal y como ha indicado en una entrevista con Canal Sur, siempre y cuando así lo permita la Agencia Española del Medicamento.
Por ahora, que la vacuna Sputnik V sea utilizada o no en España depende, principalmente, del Ministerio de Sanidad, así como del Consejo Interterritorial y la Comisión de Salud Pública, donde se han apoyado las grandes decisiones sobre la pandemia: "Las decisiones sobre las vacunas corresponden al Consejo Interterritorial de Salud y está decidido, no le corresponden a ninguna comunidad autónoma, a su manera de entender o a su fórmula política de confrontar", indicaba este miércoles la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo.
De este modo, desde el Ejecutivo se han mostrado tajantes ante el uso de diferentes estrategias entre las regiones y, aunque en alguna ocasión se ha abierto la puerta a la utilización de la inyección rusa en nuestro país, remarcan que solamente será posible con un visto bueno de la EMA. Una decisión para la que, por ahora, no hay fecha.