La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha reiterado este martes su intención de tener listo un acuerdo con los agentes sociales para la reducción de la jornada laboral "para antes del verano", sin merma salarial. Algo que ha provocado el enfado de la patronal, que le ha criticado que la relación actual con el ministerio es de "monólogo social".

El presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, ha avisado de que pedirá revertir cualquier modificación de la jornada laboral cuando se produzca un cambio de Gobierno en caso de que el Ministerio de Trabajo no llegue a un acuerdo al respecto con las empresas. "No puedo negarle al Gobierno, en este caso a la ministra, la facultad que pueda tener de cambiar las normas si el Parlamento se lo aprueba", ha señalado.

Y ha añadido: "Pero lo que sí tengo con libertad es la capacidad de decir que a mí eso no me parece diálogo social". Así lo ha indicado Garamendi durante su intervención en el seminario que está celebrando esta semana en Santander la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) junto con la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

Las palabras de Garamendi llegan después de que la vicepresidenta segunda ha recordado que se lleva meses trabajando en la reducción de la jornada laboral y que la negociación adquirirá ahora "velocidad de crucero", con reuniones semanales lideradas por el Ministerio de Trabajo.

"Los agentes sociales instaron a una negociación bilateral propia, que terminaron el pasado viernes de manera inconclusa, y desde ayer mismo hasta el verano, nos vamos a reunir todas las semanas para abordar, tras 40 años de congelación de jornada laboral, la reducción de la jornada en nuestro país", ha subrayado.

Reunión sin avances y reproches de CEOE

En efecto, Trabajo se reunió este lunes con CCOO, UGT, CEOE y Cepyme para analizar el estado de las negociaciones bilaterales, que se han dado por finiquitadas por la falta de avances significativos. Ahora, será la mesa de diálogo social tripartita, ya con el Gobierno, la que tome las riendas de esta negociación, poniendo un texto encima de la mesa.

"La gente quiere trabajar menos para vivir mejor, manteniendo los salarios. Esta es la clave de la reforma que vamos a propiciar, manteniendo el salario, porque de esta manera, igual que hacemos con el salario mínimo, vamos a elevar todos los salarios", ha resaltado la ministra Díaz. La vicepresidenta segunda ha afirmado que no se trata sólo de reducir la duración máxima de la jornada laboral, sino también de abordar en esta negociación las horas extraordinarias y otros factores vinculados al tiempo.

"Quizás es la noticia más positiva que vamos a dar desde el Gobierno de España. La legislatura pasada fue la del salario mínimo, la de la reforma laboral. Y esta va a ser la legislatura del tiempo. Por tanto, desde ya mismo nos ponemos a velocidad de crucero para antes del verano concluir uno de los temas pendientes. Hace 40 años, a pesar del aumento de la productividad, que no se reduce la jornada laboral en nuestro país", ha insistido Díaz.

Sin embargo la patronal no opina lo mismo. "Si ellos tienen muy claro cuál es la ley que quieren hacer, que la hagan y no estaremos de acuerdo. Y el día que haya un cambio de Gobierno, pediremos que se cambie", ha avanzado el presidente de la patronal, alertando que "estas cosas a medio y largo plazo tienen resultados". Garamendi ha calificado de "monólogo social" la relación actual con el ministerio que lidera Díaz, criticando que la postura sea que el Gobierno les acuse de no saber dialogar si no aceptan la primera postura que les ponen sobre la mesa.

Respecto a la reducción de la jornada laboral que aspira a lograr Yolanda Díaz, Garamendi ha indicado que "nunca se ha hablado en un convenio colectivo de la semana, se habla por años, lo que demuestra que estamos ante un planteamiento ideológico y no real".

En la misma línea de Díaz se ha pronunciado también esta mañana el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, quien ha pedido especialmente a la CEOE que acepte la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales para poder negociar después las condiciones para hacer efectiva la reducción del tiempo de trabajo, entre ellas, el incremento de las horas extraordinarias.