Por fin hemos podido conocer cómo se está ensayando en seres humanos la vacuna de Oxford contra el coronavirus. Carlos Estévez-Fraga, neurólogo del University College de Londres (UCL) y subinvestigador de la vacuna de Oxford, se encarga, entre otras cosas, de informar a los voluntarios sobre los riesgos de esta vacuna. Minutos después, se la ponen. Cientos de personas ya han hablado con Carlos.
"He visto gente muy valiente. No he visto a nadie o casi no te podría decir ningún caso de gente que le haya entrado el miedo a la hora de recibir la vacuna", ha contado Carlos a laSexta. La razón es que, como todo ensayo clínico, tiene riesgos. "La certeza absoluta de que al paciente no le iba a pasar nada no la vas a tener", ha reconocido el neurólogo español.
Aunque hay dudas alrededor de este ensayo, como cuánto tiempo durará su inmunidad, él se muestra optimista: "Ya se ha visto que es segura, que es lo más importante. Que genera inmunidad humoral y celular, que es lo más importante. Se ha visto que el suero de la gente que recibe la vacuna neutraliza el virus. Yo creo que va a funcionar".
No obstante, afirma: si no funciona la suya, funcionará otra. Y eso será lo importante. "Me da muchísima pena la sensción de nacionalismo médico y vacunal que estamos viendo en el mundo, que parece que estamos en la carrera espacial y no en un problema de salud pública que afecta a todo el planeta", ha lamentado Carlos. En este camino han tenido momentos duros, de volver a empezar.
"Ha habido un momento de pequeña decepción. Cuando empezamos a administrar el fármaco, a los tres días hubo un cambio de protocolo porque se estaba aplicando a los pacientes una dosis excesivamente baja", nos ha contado este coruñés de 33 años, miembro del UCL. Ha aparcado sus investigaciones, su doctorado y su vida personal para sumarse a la búsqueda de la vacuna, y sin recibir un euro por ello.
Carlos lo tiene claro: "Contribuimos a cambiar el mundo. Porque esto, si sale adelante, cambia el mundo. Ahora mismo salva vidas, salva puestos de trabajo, economías de países que se están yendo al desastre completo. No te puedes ni imaginar el orgullo que sería". Tanto si sirve para frenar el virus, o para saber qué es lo que no lo frena, dice, su trabajo habrá merecido la pena.