A pesar de la pandemia del coronavirus siguen llegando bebés al mundo, eso sí, en condiciones extraordinarias y a veces complicadas para las madres.

Es el caso de Olivia, que nació el día en el que se decretó elestado de alarma. Acompañando a la madre sólo pudo estar el padre, ya que el estado de alarma obligó a que sólo pudiese entrar en el hospital un visitante. Sus abuelos conocen a la pequeña por la pantalla del móvil.

A Mireia, la pandemia también le pilló embarazada. "No sabes qué va a pasar porque nunca nos hemos visto en una situación así", cuenta con cierta incertidumbre. Al declararse el estado de alarma y en las últimas pruebas antes de tener a su bebé, le comunicaron que no podría estar acompañada en el parto.

Una situación con la que se han topado otras embarazadas. "Nos dicen que en determinadas comunidades autónomas sí podíamos estar acompañadas y que en otras no", cuenta Beatriz.

Y este no es el único cambio que les afecta: pruebas por teléfono y reducción del tiempo de la madre y el recién nacido dentro del hospital. Si es un parto natural, solo permanecerán en el centro hospitalario 24 horas, y si es por cesárea pasarán 48 horas.

Pero no todas las mujeres embarazadas han recibido la información sobre las nuevas medidas. Ante la situación de desconcierto, muchas son las mujeres que piden más seguridad. "Estamos a un nivel de estrés y ansiedad absoluto", cuenta Paloma que, pide por ello derechos de"información y dignidad".

Gracias a su demanda, la Comunidad Valenciana deja ahora que las mujeres puedan estar acompañadas durante el parto.

Medidas para evitar el contagio

Además, para evitar el contagio del COVID-19 entre las madres y los recién nacidos, el Hospital Gregorio Marañón ha implementado más medios.

El Gregorio Marañón hace posible un piel con piel virtual para madres con coronavirus y sus recién nacidos

A través de tablets, las sanitarias comunican a los bebés, ingresados en la unidad de neoatología, y las madres, que se encuentran en una planta diferente. De esta manera, logran que la voz supla la piel de sus padres en sus primeros días.