El presidente del Principado ha advertido este viernes de que no se pueden volver a cometer los errores de la pasada Navidad, por lo que, para evitar la llegada de una "cuarta ola brutal", habrá que "sacrificar la Semana Santa", mantener el cierre perimetral y el toque de queda en toda la comunidad, además de las restricciones por municipios.
En una rueda de prensa telemática en la que ha analizado la evolución de la pandemia en Asturias, el jefe del Ejecutivo asturiano ha incidido en que para poder descender a niveles objetivos de seguridad frente al coronavirus "no queda otra que sacrificar la Semana Santa" y no intentar salvarla, como se hizo con las pasadas navidades, un error del que hay que aprender y que ha desembocado en una "tercera ola que esta siendo brutal".
Aunque pueda empezar a doblegarse la curva en los próximos días, Barbón ha reconocido que queda por delante un mes de febrero "muy difícil" porque, tras el pico de contagios, llegará a la semana siguiente el pico de hospitalizaciones, una después, el de ingresos en UCI, y a la siguiente, el de fallecidos.
La incidencia acumulada a 14 días en Asturias se sitúa actualmente en los 652 casos por cada 100.000 habitantes, y en los 308 positivos si se toman como referencia los últimos siete días, un indicador que lleva días bajando pero ante el que, según Barbón, hay que ser prudentes.
Asturias mantiene el cierre perimetral de 18 de sus 78 municipios, que concentran en torno al 80 por ciento de la población de la comunidad, por encontrarse en riesgo extremo por la alta incidencia de la pandemia, entre ellos los más poblados, como Oviedo, Gijón, Avilés o Siero.
En estos concejos también se han endurecido las restricciones en las últimas semanas, como el cierre del interior de los establecimientos de hostelería y de los comercios de más de 300 metros cuadrados o la limitación de las reuniones a cuatro personas, sólo convivientes si se trata de una vivienda.