Se cumplen cuatro semanas de huelga en Atención Primaria y sin visos de una pronta solución antes de que acabe el año. Son al menos las sensaciones que arroja cada encuentro entre los profesionales sanitarios y la Comunidad de Madrid, acusada de no poner gran empeño en afrontar la delicada situación del sistema regional de salud y de confrontar con los propios médicos y enfermeros a través de duras declaraciones. Mientras tanto, los trabajadores no pueden más.
"La consejería plantea que trabajemos de forma voluntaria pero, si normalmente tenemos 50 pacientes, eso quiere decir que hacemos todos los días horas extra. No puede ser que esté haciendo eso hasta que me jubile".Las palabras que ha dedicado a la Cadena SER Sara Ares, médica del centro de salud Federica Montseny, en Vallecas (Madrid), demuestra el nivel de agotamiento y de hartazgo de los facultativos de cara a las negociaciones que aun se extienden con el Gobierno de Ayuso.
De hecho, en esa denuncia planteada por Ares radica la principal demanda del sector, que mantiene la huelga con todo el sacrificio que supone esta acción: la falta de financiación en la sanidad madrileña ha obligado a muchos de los profesionales a duplicar los niveles de esfuerzo para atender a todos los pacientes, que ni siquiera pueden recibir una asistencia adecuada, según denuncian los propios sanitarios, por la escasez de personal registradas en estas plantillas.
Elena es pediatra y confiesa que lleva en huelga desde el principio. "Está todo el mundo fuerte porque tenemos la razón y no podemos parar ahora", ha asegurado. Por su parte, el pediatra Juan Machacado confiesa que saben cómo esto puede afectarles. "Se nos descuentan entre 200 y 380 euros por cada día de huelga". Sin embargo, tiene claro que la pregunta que hay que hacerse es "hasta cuándo la Comunidad de Madrid va a permitir que continúen en ese conflicto".
De momento, han comenzado a recoger firmas de algunos pacientes que apoyan esta huelga. "Lo que quiero es tener una pediatra que tenga tiempo para mi hijo", ha reconocido una de ellas. Por su parte, los médicos reconocen que quieren volver a trabajar cuanto antes pero en unas condiciones dignas.
La situación de los médicos de Atención Primaria en España
La realidad de los médicos de Atención Primaria en España no es ni mucho menos fácil. Solo cinco comunidades de nuestro paísmantienen los sueldos de este sector por encima de la media nacional. Así lo reflejan los datos aportados por el Sindicato Médico de Granada, que indican que la Región de Murcia es el territorio donde más percibe un médico de Atención Primaria, siendo además la única que sobrepasa los 3.000 euros.
Por detrás de Murcia se encuentran autonomías como Euskadi, La Rioja, Baleares y Aragón, también con unos salarios superiores a los que establece la media nacional (2.769 euros). Son las únicas, pues las 12 regiones restantes se encuentran por debajo de ese umbral, siendo Cataluña, Navarra y Castilla-La Mancha las que cierran la clasificación. En el puesto 14 vemos a Madrid, con un sueldo medio de 2.607 euros. Lo cierto es que es el duelo entre sanitarios y la Comunidad sorprende teniendo en cuenta el contexto de crisis sanitaria del que ha venido el mundo entero.
De hecho, este ha sido el año de la vuelta a la normalidad tras el shock del COVID -aunque todavía se obligue a llevar mascarilla en el transporte y los centros sanitarios- y lo ha sido también para los profesionales, médicos y enfermeras, que ya partían de una situación muy delicada y el zarpazo de la pandemia les ha dejado agonizantes. Han sido años y años advirtiendo de que los estragos de los recortes iniciados hace una década, la precarización del sector, el avance de la privatización y una pésima planificación y gestión de los recursos iban a colapsar el sistema por su base, la Atención Primaria.
Y así ha sido, quedando demostrado que cuando la atención primaria se para, todo se pone patas arriba; será por eso, o porque estamos en vísperas de un año electoral, que el ultimátum del primer nivel asistencial empieza por fin a ser oído por Gobierno y autonomías. Falta por ver si las huelgas en marcha y anunciadas tienen algún efecto y, sobre todo, si las heridas infligidas al Sistema Nacional de Salud todavía tienen cura.