Al igual que ha ocurrido en Italia, donde las visitas a las casas de empeño han aumentado un 30% desde el inicio de la desescalada, en España estos lugares aumentan su negocio tras la crisis del coronavirus.
La gente hace cola para empeñar sus bienes o vender sus joyas, siendo una imagen que no se repetía desde la crisis del 2008. AcudeN porque no ha cobrado los ERTE o porque han tenido problemas con sus empresas y necesitan la liquidez que encuentran en estos locales.
La reapertura es gradual, pues no se pueden concentrar muchas personas dentro del establecimiento. En las comunidades con fase cero, por ejemplo, los clientes solamente pueden ir con cita previa.
Los expertos explican que esto revela una necesidad: "Venden sus cosas como último recurso para poder comer hoy, como desesperación", indica Jorge Fonseca, economista.
Para algunos economistas, la solución está en una renta mínima que reactive la economía. "Hay una necesidad urgente de contar con renta mínima de satisfacer necesidades básicas y estimular el consumo, lo que ayudará a mejorar la economía", asegura Fonseca.
Lo cierto es que tanto clientes antiguos como clientes nuevos siguen dirigiéndose a las casas de empeño para intentar paliar este momento de apuro.