A la una de la mañana en la madrugada del lunes al martes, los socios de coalición cerraron el acuerdo para aprobar losPresupuestos Generales del Estado (PGE) para 2023, unas cuentas con un gasto récord que destinará seis de cada diez euros a las partidas sociales. A las nueve de la mañana, el presidente del Gobierno y la vicepresidenta segunda, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, escenificaban el pacto con una reunión en La Moncloa. Y a las siete de la tarde, el portavoz morado, Pablo Echenique, acusaba al PSOE de "deslealtad".
Ni 24 horas ha durado la paz en el Gobierno de coalición a cuenta de la ley más importante, las terceras Cuentas del Ejecutivo de Sánchez, que también serán las últimas de la legislatura. El causante ha sido el incremento del gasto en Defensa, de un 25,8% con respecto a las de este año, y que ha provocado el enfado en ciertos sectores de Podemos, antimilitaristas y contrarios a la OTAN.
"Nosotros no vamos a romper el gobierno por una deslealtad del PSOE, porque sería muy irresponsable cuando tenemos a Feijóo y Abascal afilando los cuchillos. Pero quiero decir claramente que nos han ocultado el aumento unilateral en el gasto en defensa y que es una vergüenza", tuiteó Echenique.
Fuentes del Ejecutivo aseguran que el socio minoritario sí conocía al detalle las cuentas y que la vicepresidenta Díaz de "dejó la piel" negociando, por lo que apuntan que deberían dialogar entre ellos. Apuntan que actúan de esta manera porque no han sacado todo lo que querían en las conversaciones con Hacienda, informa Esther Redondo. Y, fuentes de Unidas Podemos partícipes en la negociación confirman que, pese a no compartir el incremento, eran conscientes de que esta cifra iba incluida en el acuerdo, información de Josué Coello.
Subida de un 25,8% en un año
La invasión rusa a Ucrania y el conflicto militar han reactivado los compromisos adquiridos por los socios de la OTAN de aumentar su inversión militar al 2% del PIB, una promesa que, en el caso de España y según Sánchez, llegará en 2029.
El primer paso se ha dado en los Presupuestos de este año, que contemplan una subida de la inversión en Defensa del 25,8%: de los 9.791 millones de euros en las cuentas de este año a los 12.317 millones contemplados para el siguiente. Y ayer la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, tuvo que hacer encaje de bolillos durante la presentación de los PGE tras el Consejo de Ministros para explicar la cifra.
"Sin incluir los programas especiales de modernización, el Ministerio de Defensa aumenta sus recursos en un 6,5%. Un 8,4% si incluimos los fondos europeos", desgranó la responsable de elaborar las Cuentas.
Sin embargo, el truco contable está en esos "programas de modernización", dotados de cara al próximo ejercicio con 4.900 millones. "La política en Defensa sube más si contemplamos los programas especiales de modernización, que no computan en el límite del gasto no financiero", señaló.
Este hecho concuerda con unas declaraciones de la líder de Unidas Podemos en el Ejecutivo, Yolanda Díaz, quien aseguró que el techo de gasto -es decir, el tope del gasto no financiero en las cuentas- no contemplaba el aumento del gasto en Defensa.
Los programas de modernización, dijo Montero, actualizan a las fuerzas armadas y, además, se computan en distintas anualidades. En su mayor parte, explicó la titular de Hacienda, corresponde a contratos con la industria nacional y prevé que se creen 22.667 empleos vinculados.
De hecho, en la parte socialista del Ejecutivo se apresuraron en explicar que el crecimiento de la partida vinculada a Defensa -la que sí computa en el techo de gasto- es similar o incluso inferior a la que experimentan otros departamentos que dirigen ministros morados, como Derechos Sociales y Agenda 2030, que sube un 18%, o Igualdad, con un 14% más.